lunes, 8 de febrero de 2010

Un viaje a París - Capítulo 26.

~ Un viaje a París - Capítulo 26.


[FlashBack]

Hugo, no paraba de hacerme fotos y más fotos.
Me pedía que posara de una forma y luego de otra. Mikel, me miraba y fascinaba.
Por una parte me sentía cómoda, en mi salsa .... como si aquello fuera un trabajo diario para mí. Pero, por otra parte .... me sentía algo extraña, incomoda por tantas miradas y tanto flash en cuestión de segundos. Estaba desnuda, sin nada encima. Mi pelo se encontraba suelto y con unos cuantos rizos que había intentado hacerme aquella tarde. Tenía algo de frío. Mis bello se puso de punta al sentir el tacto de Mikel sobre mi cintura. Sus manos estaban frías. Él, también se encontraba desnudo. Estaba tan hermoso, increíble. Su piel era un poco más morena que la mía. Sus mirada resplandecía ante mí. Sus labios dibujaban una hermosa sonrisa.

- Esto sin ti no hubiera sido lo mismo - me susurró, y me pego más a su cuerpo. Su miembro se rozo con mis piernas y mi trasero. Suspiré y me agarre a sus manos - Tranquila. Todo saldrá bien - volvió a susurrarme.

Hugo, nos dio unas cuantas indicaciones de como debíamos ponernos. Dudo en si empezar por el sofá, o por la alfombra. Opto por la segunda opción. Me hizo tumbarme de lado sobre la alfombra. Parecer una gata hambrienta, pero a la vez sexy por seducir a mi felino. Mi pelo estaba alborotado, y mis pezones en punta por el frío del ambiente. Mikel, se echo a mi lado. Su rostro se encontraba muy cerca de mi cuello, y labios. Una de sus manos se encontraba apoyada sobre la alfombra, mientras que la otra acariciaba mi cintura. Mi pulso fue en aumento al sentir a Mikel tan cerca. Su miembro de nuevo rozando mi piel.

- Muy bien, chicos. Así es - escuchaba decir a Hugo. Él, estaba encantado con aquella sesión de fotos. Con Mikel y conmigo. Para él éramos frescura y la nueva renovación de la pasarela.

Durante media hora estuvimos cambiando de postura. Algunas eran demasiado subiditas de tono. O me tenía que sentar sobre Mikel. Sentir como se sujetaba a mi cintura. Se contenía para no hacerme suya en aquel momento. Ahora ninguna prenda intima no los impedía. Con tan solo un simple movimiento podía introducir mi miembro por mi vagina. Todo aquello era demasiado.

Empezamos sobre las diez y media y acabamos sobre las cuatro de la madrugada. Estaba helada, acalorada y cansada por tanto ajetreo. Aquello sin duda había sido una nueva experiencia. Ni recuerdo como acabe en la cama de Mikel junto a él. Me sentí cansada con un tremendo dolor de cabeza y me acosté en la cama con la bata ya puesta. Había sido un largo día.

[FinalFlashBack]


....


- Por favor, teneis que dejar que os explique -
- No creo que sea necesario - intervino esta vez Laura - Las fotos lo dicen todo. Los prefieres a ellos antes que a nosotros que somos tus amigos.
- Teneis que dejarme chicos. Todo esto tiene una explicación -
- Ahorratela - exclamó ahora Edward. - No nos interesa. Ve, y cuentaselo todo a tu novio y nuevo productor. - Cogió a Laura de la mano y se la llevo a no se donde.

Tenía ganas de salir corriendo, de llorar y de gritar.
Me deslice por la pared y me encogí apoyando mi cabeza sobre mis piernas. Derramando aquellas lágrimas que ya no podía seguir manteniendo. Todo había salido mal. Sabía que Edward y Laura se cabrearían. Pensaba que tendría tiempo para saber pensar en que decirles y explicarles. Todo había sido demasiado precipitado. Mikel, al acabar de terminar de hablar con Luis y su representante o tendría que decir nuestro representante, Hugo, salió afuera .... encontrandome allí sola y totalmente desolada en mar de lágrimas.

- Desi cariño, ¿estas bien? -
- Mi...Kel - las lásgrimas me impedian decir cualquier palabra.
- Ven, tengo que llevarte al hotel de inmediado - me cogió en brazos. - ¿Nos podemos ver luego? - se dirigió a Hugo.
- Tranquilo. Nuestra profesional tiene que estar fresca para las futuras fotos - escuche decir con claridad. ¿Había dicho futuras fotos?. ¿Acaso es que Luis no había peleado por tenerme junto a él y su compañía?. Ahora no podía pensar y responder con claridad.

[....]

Ya no tenía más lágrimas que soltar. Hacía rato que Mikel se había marchado. Tenía que hacer un par de cosas y resolver algunos asuntos importantes. Antes de irse me recordó lo orgulloso que estaba de mí y lo tanto que me amaba. Como si eso fuera ahora lo importante de todo. Aun tenía que resolverlo todo. Hablar con Edward. Laura no querría escucharme. Corriendo, cogi mi tfn y le mande un sms a Edward.

''Tenemos que vernos. Es importante.
Por favor, tienes que escucharme.
Te espero esta noche a las diez en la terraza, donde el otro día. Un Beso.''.

Al mandar el sms, decidí pegarme una ducha y ponerme comoda para mi encuentro Edward. Tampoco había comido nada. Después bajaría al restaurante para comer y asentar algo en el estomago.

....

Mikel, tras terminar de hablar con su representante en el estudio, se marchó hacia su casa.

Para su mayor sorpresa, se encontro con que en la puerta de su casa, apoyada, se encontraba Sara. Aquella chica deseante que tanto le hacía extremecer. No pudo evitar sonreír muy pícaramente.

'' Perfecto, no hay nada mejor que un poco de sexo después de un extresante día''.

Con paso firme y mirándose en los espejo de los coches, se acerco hasta ella. Sara, al verlo sonrío pero de inmediato se puso seria.

- Esto si que es una bonita sorpresa. ¿Como es que estas aquí? -
- Tenemos que hablar, Mikel. Pero esta vez en serio -
- ¿En serio? - sonrío pícaro. Se acerco acorralandola entre su cuerpo y la pared. - ¿Estas segura de que quieres hablar muy seriamente?, o ¿prefieres no pensar y disfrutar de todo lo que surga entre nosotros? -
- Mikel .... - susurró. Estaba empezando a descontrolarse. Mikel para él era demasiado. Lo suficiente para saber que la volvía loca con tan solo una acaricia.
- Grrrrr - ronroneo como un felino. - ¿Que te parece si entramos y lo discutimos más cómodos? - beso sus labios con desesperación. Sara asintió y se dejo llevar por los besos y caricias de Mikel.

Tuvieron algunos tropiezo hasta llegar a la puerta. Sin despegar muchos los labios de Sara, Mikel, abrió la puerta como pudo. La cogió en brazos y ambos cayeron sobre el sofá del salón. El deseo de ambos ya era demasiado fuerte como para seguir andando. Se necesitaban y tenían que demostrarselo mutuamente lo tanto que se deseaban.

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