sábado, 30 de enero de 2010

Un viaje a París - Capítulo 23.

~ Un viaje a París - Capítulo 23.

Entre besos y caricias, Mikel y Sara se dejaron llevar hasta la habitación de él.
De un portazo abrieron la puerta. Ni si quiera miraban por donde iban. Mikel, cogió en brazos a Sara. La llevo hasta la cama y la tumbo salvajemente. Llevaba el carmín del pintalabios, corrido por ambos lados de la boca al igual que él. Su camisa estaba algo desabrochada, ya que Sara mientras subían se dedico a ir desabrochando cada uno de los botones. Tan solo quedaban cuatro que Mikel termino de desabrocharlos. Tiró la camisa al suelo, y luego los zapatos. Se subió a la cama como un león en busca de su presa. Estaba serio pero su mirada era pícara y divertida. Fue subiendo hasta llegar a la zona base de Sara, sus labios. Los rozo primero, con suavidad. Luego los beso con ansias, y deseoso. Ella, llevo sus manos hacia el cuello de este. De vez en cuando le tiraba del pelo y hacía presión en su espalda. Mikel suspiró ante aquello. Comenzaba a hacer calor, bastante. Las manos de Mikel se deslizaron hasta la camisa de la chica. Desabrocho también los pocos botones que le quedaban, y se deshizo de la camisa tirándola al lado de la suya. Sus labios se separaron de los de ella. Ahora tenían otra cosa mejor que hacer. Se inclinó hacia el vientre de la chica. Poso su frente y después sus labios. Su legua era la que entraba ahora en acción, subiendo por todo su vientre hasta llegar a la altura de sus pechos. Cubiertos aun por el sujetador. Sara, suspiraba por cada relamida que Mikel daba a su paso hasta llegar a la altura de ella. Era imposible controlar aquella situación. Los dedos de Mikel se adentraron por la espalda de la chica, buscando el principio del broche del sujetador. Le costo al principió un poco, pero luego no hubo problema. Se deshizo de el en un momento, dejando al aire libre aquellos pechos que tanto había extrañado. Sonrió al recordar alguna que otra escena pasada con ella años atrás.

- Siguen estando perfectos – susurró Mikel. Bajo hasta ellos y con su lengua los surco, los mordió con delicadeza. Sara gimió ante aquello. Se agarro con fuerza de las sabanas intentando mantener la calma y la situación.
- De siempre te ha gustado hacerme sufrir Mikel. Sería mentir si me extrañara –
- Cierto. Eres muy apetitosa. No sabes las ganas que tengo de llegar a tu zona, mi zona. – dejo sus pechos a un lado, luego seguiría un poco más. Ahora, le interesaba bajar hasta la zona de su vientre. Sara, llevaba una falda corta. Que para Mikel no supuso un problema, se deshizo de ella tan pronto al igual que sus pantalones. Ahora, tan solo una prenda interior los cubría a ambos.
- No te entretengas más. Acaba lo que has empezado. – gimió. Mikel sonrió y asintió haciendo caso a su insistencia de seguir con aquello.
- No sabes la de veces que he soñado con volver a tenerte así, entre mis brazos gimiendo y sufriendo de placer. Tus pechos, todo …. – la volvió a besar.

En un visto y no visto ambos se quedaron sin nada cubriendo su cuerpos. Desnudos se hacía uno encima del otro. Sus piernas entrelazadas y el calor de su cuerpos. Mikel, prefirió seguir haciendo sufrir a su compañera. Sus besos seguían besando los suyos. Una de sus manos acarició su cuerpo bajando hasta su vagina. Donde se paró y se entretuvo con ella. Sus dedos eran ahora cómplices. Sara gimió tras sentir como sus dedos se introducían dentro de su vagina y comenzaban a desesperarla. Deseaba tanto o más que Mikel que la hiciera suya y acabara con todo aquello. Había sido demasiado débil y ahora no se podía echar para atrás. Mikel gozo durante unos instantes de cómo Sara se retorcía de placer entre sus brazos. Después, la cogió en brazos. Él se sentó sobre la cama, poniendo sobre él a Sara. Sentada. Sus piernas se entrelazaron en las caderas del chico, al igual que sus brazos en su cuello. Mikel sonrío y beso a la chica. Luego su miembro hizo a honor a lo que venía ahora, el momento de único placer extremo entre ellos. Se deslizo entre sus piernas, adentrándose con mucha fuerza para después ir con delicadeza y despacio. Los jadeos y gemidos eran lo único que se llegaban a escuchar entre aquella cuatro paredes de la habitación del chico. Pero para Mikel aquello le parecía poco. Cogió de nuevo en brazos a Sara y la estampo contra la pared, no de una forma muy severa. Siempre le daba tu toque de fuerza pero a la vez delicadeza. La volteo quedándose de espaldas hacia él. Se apoyo sobre ella mientras se entretenía ahora con su cuello. Sara, se encontraba arrinconada y sus uñas se quedaban clavadas en la pared. Mikel la cogió de la cintura subiéndola más hacia arriba. Uniéndola a la suya. De nuevo, su miembro hico acto ante aquello. Se unió de nuevo en ella, volviendo a formar aquella banda sonora de gemidos, jadeos y suspiros.

[….]

Para ambos aquel reencuentro había sido una maravilla. A pesar de los tantos reproches que Sara se haría después. Los dos, se encontraba ahora tumbados en la cama. Sara, dormía sobre el pecho de Mikel. Este con los brazos detrás de su cabeza sosteniéndola, pensaba. Había sido una gozada. Algo que con Desi había estado muy lejano. Justo en ese momento su tfn comenzó a sonar, era ella. Desi.

- Mi amor, ¿Qué tal? – susurró Mikel muy bajito. Lo normal para que Sara no le llegará a escuchar.
- ¿Qué ocurre, porque hablas de esa manera tan baja? –
- Estaba dormido y me acabo de despertar, ¿quieres algo? –
- Bueno …. Quería saber como estabas y saber si podemos vernos más tarde. Necesito hablar contigo de una cosa un tanto importante – se escucho muy preocupada.
- Si si, dentro de media hora me tienes allí –

Mikel, se tensó al escuchar a Desi tan preocupada. ¿Qué había pasado ahora?. Sara, comenzó a despertarse entre el pecho de Mikel. Este le dedicó una sonrisa. Sara, al ver donde estaba y en que estado, se incorporó de la cama, cogiendo su ropa y comenzándose a vestir.

- Ey, ¿Qué ocurre? –
- Esto no tenía que haber pasado Mikel. No, joder, ¿Qué pasa si se entera de esto Jacob?, no tenía que haberme dejado llevar por esto. –
- No te preocupes tanto cariño. Si ambos no queremos Jacob no se tiene porque enterar – se levantó de la cama. Se acerco a ella y la pego a su cuerpo. – No sabes cuanto ansiaba volver a recordar estos momentos. Ha sido alucinante el volver a disfrutar de tus besos, de tus caricias y de ti al completo. Sigues siendo aquella chica única y fantástica que llegue a recordar. –
- Tu también has estado fantástico. Nunca pensé que llegaría a echar tanto de menos tus caricias y tus besos, pero …. – se separó de él. – Esto quedará entre nosotros y te olvidarás de mí. Ahora estoy comprometida y pronto me casaré. –
- No creo que pueda olvidarme de ti después de esto. – la beso con ansias. Sara le siguió pero luego se separó, se termino de vestir y salió de allí a toda prisa. Mikel se sentó sobre la cama y sonrío victorioso.

….

Edward y Laura aun se encontraban en el comedor del restaurante.

[ Desde los pensamientos de Edward ]

Mi cuerpo aun seguía temblando a causa de los nervios.
Contemplar a Desi con sus pechos desnudos frente a mí, no había sido tarea fácil.
Tuve que controlar mis hormonas, mis deseos de tirarme sobre ella. Besarla. Acariciar cada rincón de su escultura y hacerle estremecer entre mis brazos una y otra vez. Hasta quedar totalmente agotados, sin fuerzas donde seguir con aquel deseo de ambos.
Tenía que contenerme. Por mi, por ella …. Ahora era la pareja de Mikel. Y Laura, era la mía.

- Te noto muy pensativo hoy – me distrajo aquella voz dulce y tierna de mi chica. - ¿En que estas pensando? – su mano agarro la mía.
- En nada importante. ¿Te has quedado con apetito? –
- Uf, ya creo que no. Todo ha estado delicioso. – poso una de sus manos sobre su vientre, como si estuviera del todo llena y así complacerme.
- Me alegra saberlo – le bese el dorso de la mano. – Voy a pagarla cuenta –
- Vale, yo mientras voy un momento al baño. ¿Nos vemos en el hall del hotel? – asentí. Luego me dirigí a pagar la cuenta.

Antes de salir del restaurante, un muchacho me llamo por mi nombre. Era Alejandro, un buen chico de servicio que trabajaba en el hotel.

- Dime Alejandro, te noto sofocado –
- Es que llevo un poco de prisa, tenga – me alargo un sobre – es para usted.
- Oh, gracias – le di a cambio una propina por su esfuerzo en buscarme y entregarme aquel misterioso sobre. No tenia remitente ni una nota por encima. –
- Gracias, si me disculpa – asentí.

- ¿Quién me mandaba aquella carta?.
Decidí abrirla aun dentro del restaurante.

‘’ Es importante que nos veamos y hablemos.
No podemos seguir así.
Te espero esta noche en la terraza del hotel a la diez.
Besos. Desi’’

Vaya, me lleve una gran sorpresa al ver que Desi era la que había escrito aquello.
Quería verme y hablar. Cosa que me ponía un tanto nerviosa.
El echo de estar ya a solas con ella en mitad de la noche era un tanto incomodo.
Siempre que ha querido hablar conmigo de una manera un tanto apacible, he acabado seduciéndola. Espero que esta vez pueda controlarme y saber estar con ella si poder seducirla con tan solo el susurrar de mis labios.

- Oh, pero si sigues aquí – era Laura. Rápidamente me metí la nota en el bolsillo trasero del pantalón. Por ahora no quería preocuparla. A la noche me encontraría con Desi y hablaría con ella.
- Disculpadme, me entretuve charlando con uno de los camareros. –
- Disculpado – sonrío.
- ¿Qué tal si salimos a dar una vuelta?. Aun es temprano. –
- Vale –

Necesitaba sentir el aire fresco sobre mis mejillas. Estaba algo acalorado y como no preocupado.

[ …. ]

Mi reloj marcaba apenas las diez. Quedaba unos 4 minutos.
Había dejado a Laura en la habitación, duchándose. Le había dejado una pequeña nota para que no se alarmara al no verme allí junto a ella. No creo que tardará mucho en mi conversación con Desi. Apenas serían unos cuantos minutos.

Al llegar a la terraza, ella ya se encontraba allí. Estaba echada sobre la barandilla. Estaba realmente preciosa. ‘’Oh Edward, contrólate’’. Tuvo que escucharme llegar, mis pasos sobre el suelo. Se giró y me dedico una débil sonrisa. Yo hice lo mismo.

- Me alegro de que hallas venido –
- Sí, bueno. No tengo mucho tiempo. Laura …. Me esta esperando. ¿Qué querías decirme? –
- Oh – exclamo. – Claro, tu chica …. Entiendo. Seré breve, no te quiero quitar mucho tiempo. – sonrío de nuevo muy débil. ¿Dónde estaba aquella sonrisa coqueta y triunfadora?. – Edward – se aproximó a mi. Llegue a temblar por un instante al sentirla tan cerca. Su olor, su temblor …. - ¿Qué he hecho mal?. No se, alguna explicación habla para que pueda entenderlo –
- No te sigo Desi. –
- Tu actitud conmigo …. – se aproximo a mí de nuevo. Sus pasos eran muy cortos. Pero apenas ya se notaba la distancia entre nosotros. Me gustaría que se quedará donde estaba. – no es la misma. Me miras con mala cara. Sueltas comentarios fuera de lugar hacia mí. Ni me dedicas una sonrisa, y si lo haces …. Es con mucha desgana. ¿Qué he hecho mal para que tu estés así conmigo? –
- Como si no lo supieras –
- No, no lo se. Por eso te cite aquí. Necesitaba saber …. Una explicación. Algo. – dio otro paso hacia mí. Oh, que no se acercará más. Bastante tuve con tenerla frente a mí medio desnuda.
- Mikel me lo contó todo. No hace faltas que disimules – decidí moverme y apoyarme sobre la barandilla. Mira hacia otro punto donde no fuera solamente ella. Controlarme e intentar llevar la situación.
- ¿Mikel? – susurró. - ¿Qué te contó?. –
- La pulsera, tu pulsera. Lo se todo Desi. – hice un gran esfuerzo y me giré de nuevo hacia ella – Puedes estar tranquila, no me meteré entre vuestra relación. – sonreí. Una sonría un tanto forzada.
- ¿Relación? Espera, no creo que …. –
- Tranquila. Mikel me lo explico todo. Disfruta de él y se feliz. Yo haré lo mismo con Laura. Ella me ama y yo ….
- Y tu no la ama…. – le interrumpí antes de que acabara la frase completa.
- Yo estoy aprendiendo a quererla. –
- Oh – otro exclamo de sorpresa. – Si es así, disfruta. Ya veo tu insistencia por conseguirme se desvaneció – se giró, dándome la espalda.
- No consigas volverme loco – la agarre del brazo – Sabes de sobra las ansias que tengo de besarte, acariciarte y sentirte junto a mí. Pero …. Tu lo elegiste. Preferiste mil veces a Mikel antes que a mí. No puedo competir Desi. No soy así. –
- Yo no, Mikel … -
- Dejemos las cosas tal y como están. Créeme, será mucho más fácil si te controlas e intentas aclarar tus ideas. – le acaricié la mejilla. Mi bello se puso de punta al igual que el de ella. Nuestros roces eran deseados.
- ¿Y tu la tienes claras? –
- Bueno, se puede decir de una manera que si. Pero …. – me acerque a ella. Mi mano derecha se adentro entre su pelo, posándose en la nuca. – aun, no se si puedo llegar a controlarme cuando te tengo cerca. Eres, demasiado para mí. –
- A mi me pasa lo mismo …. Creo. Cuando te tengo cerca me siento confusa, pero – le volví a interrumpir. –
- Shhhhhhs …. No digas nada. El echo de estar aquí contigo ya es suficiente el control de contenerme. No sabes las ganas que tengo de salir de aquí, corriendo. – le miré. Ella tembló.
- Edward …. –
- Si lo que te preocupa era el perderme como amigo …. – hice una pequeña pausa. – Tranquila, siempre que me necesites aquí estaré. Solo que, intenta no seducirme cada vez que nos encontremos. Créeme, será mucho más fácil. Además, a Mikel no creo que le haga mucha gracia – río.
- ¿Otra vez?. Mikel no –
- Pero – con mi otra mano, la que me quedaba libre. Pose uno de mis dedos sobre sus labios. – Antes, déjame hacer una cosa. Necesito saciar mis ansias. – me acerque muy lentamente hasta ella. Sus labios y los míos quedaron a tan solos unos pocos centímetros. Rozándose primero, para después unirlos y sentirlos como míos. Desi, se sorprendió. Lo sentí, pero luego se dejo llevar con más ansias que yo. Sus manos se fueron hacia mi pelo. Lo agarro con fuerza tirando de él. Mi cuerpo se estremeció. Tuve que volver a controlar mis hormonas, separarme de ella.
- Será mejor que me valla –
- Sí – susurro.
- Laura deberá estar preguntándose en donde estoy. No quiero preocuparla –
- Sí, claro – se separó de mi. Con sus manos llego a frotarse los brazos. Hacía bastante fresco.
- Nos vemos mañana – me dirigí hacia la puerta.
- Vale –

[….]

Laura, se encontraba en la habitación aun liada en una toalla. Su pelo estaba húmedo y gotas de agua recorrían su cuerpo. Esto era lo que me faltaba por ver. No necesitaba tener más calentón. Quería estar relajado sin ninguna chica donde pudiera revolucionar mis hormonas.

- ¿Dónde te habías metido?. Acabo de leer tu nota – le di un beso sobre sus labios húmedos.
- Salí a dar una vuelta. Estaba algo agobiado y acalorado – me adentré en la habitación. Deje mi chaqueta sobre la silla y me giré, alarmado. - ¿Qué haces? – Laura, había dejado caer su toalla sobre la moqueta del suelo. Se hacía ahora completamente desnuda frente a mí.
- No se, tengo calor. ¿Tu no?, uf …. Hace bastante – meneo sus caderas acercándose hasta la coqueta. Cogió un peine y cepillo su pelo. Las gotas aun seguían surcando su silueta.
- Vas a pillar un resfriado como sigas estando así – cogí la toalla del suelo y la tape. Estaba nervioso y tuvo que notármelo.
- Soy yo o te encuentro esta noche un tanto ¿nervioso? – dejo de nuevo caer la toalla al suelo. Se acerco a mi y me beso. Ambos nos sonreímos y de nuevo volví a temblar.

Un viaje a París - Capítulo 22.

~ Un viaje a París - Capítulo 22.


- Edward, ¿te ocurre algo? – note un tono preocupante en su voz. Hacía como media que no había articulaba palabra. Nos encontrábamos en mi camerino. Aun seguía pensando en aquella escena entre Mikel y Desi, besándose.
- Estoy cansado solamente – sonreí, e intente desviar el tema hacia otro punto.
- ¿Seguro?, desde que hemos terminado el desfile estas muy callado – la senté sobre mi regazo. Luego le acaricié la mejilla.
- Segurísimo. Es solo eso, cansancio. – ambos nos sonreímos – Ah, por cierto – le miré pícaramente. La cogí de la cintura y la pegue mucho más a mi cuerpo. – ¿Con que me amas no? – Laura me miró sorprendida. Comenzó por instantes a ponerse como un tomate de rojo.
- Edward yo – le interrumpí.
- Me amas – le dije. Laura, se echo sobre mi pecho. Quería ocultarse ya que le daba vergüenza.
- Olvídate de eso ¿si?, estaba excitada y no sabía lo que decía –
- Lo de excitada no te lo niego porque lo estabas – reí. Laura se puso mucho más colorada e hizo más presión contra mi pecho para que no le viera la cara. – Pero – le levanté la barbilla – Pero lo otro no lo dijiste por lo excitada que estabas, sino porque verdaderamente es lo que sientes – le acaricie con uno de mis dedos la mejilla.
- Tienes razón, a ti no te puedo engañar. Me pillas demasiado rápido – reímos – Pero, sera mejor que olvides de lo que te dije – se levantó de mi piernas.
- ¿Por qué? –
- Desi …. – me miró por fin.
- ¿Desi?, ¿Qué tiene que ver ella en todo esto? –
- Tu la amas ¿no?. Yo no tengo nada que hacer con eso – me dio la espalda Hace apenas unos minutos yo también pensaba que en realidad amaba a Desi, sí, podría ser que aun sintiera algo por ella. Pero ese amor que tanto había esperado se rompió. Laura, me amaba, ¿Por qué no intentarlo con ella y ser feliz?.
- Laura – la giré. Sus ojos estaban brillantes a causa de las lágrimas que aparecían al principio de sus ojos. – A la persona con la que quiero compartir mi amor y ser feliz, es contigo – sonreí.
- Estas de guasa, ¿No? -
- Nunca he dicho algo con más verdad que esto – me acerque muy despacio a sus labios. Rozándolos, para después besarlos.

[ Desde los pensamientos de Edward ]


….


Después del gran éxito de anoche con el desfile, otro nuevo día se habría en la ciudad de París. Hoy, volvíamos a tener una nueva sesión de fotos. Quería estar fresca y preparada. Me duche, me arregle y baje a desayunar al restaurante del hotel. Aun era muy temprano, las 10:00 de la mañana. Había muy poquita gente. El servicio del hotel y algún que otro turista desayunando y preparando su rutina para hoy. A los pocos minutos después, Edward apareció junto con Laura por la puerta de la cafetería. No pude evitar expresar en mi rostro un cierto aire de sorpresa al ver lo que estaba viendo. Edward, tenía agarrada la mano de Laura. Se besaban y sonreían felices. ¿Qué estaba pasando aquí?. ¿Que me había perdido?.

- Buenos días Desi – me saludó Laura nada más verme. Ambos se sentaron en la misma mesa que yo.
- Buenos días – respondí. Edward, me dedico una sonrisa, yo se la devolví.
- Mi amor, ¿Qué te apetece hoy de desayunar? – preguntó Edward, pasando uno de sus brazos por lo hombros de ella.
- Lo que tu vallas a desayunar cariño, tampoco tenemos mucho tiempo – sonrió.
- Muy bien, enseguida vuelvo – dijo Edward. Se dirigió hacia la barra para pedir el desayuno.

En todo el desayuno no dirigí apenas la palabra. Solo asentía, me encogía de hombros o simplemente me negaba. Me era difícil el ver a Edward y Laura, juntos. Era extraño y a la vez doloroso para mí. ¿Porque?, eso era lo que verdaderamente me preguntaba. Al terminar de desayunar, cogimos un taxi y nos dirigimos hacia el estudio. Allí, Luis junto con Mikel y otro productor que no conocía nos esperaban.

- Muy buenos días chicos. Simplemente deciros que ayer estuvisteis alucinantes. Ahora a trabajar que tenemos mucho que hacer. –

Dentro, Rafa estaba preparando el siguiente escenario fotográfico. Todo era bastante hot. Era yo o ¿íbamos a hacer otra sesión pornográfica?.

- Chic@s – nos llamo la atención nuestro fotógrafo, Rafa – Tenéis 15 minutos para cambiaros y arreglaros. Tampoco tendréis que poneros mucho. – sonrío y volvió a lo suyo.

[….]

Laura y yo ya estábamos casi terminados. Otra vez la sesión de foto era para una marca de ropa interior. Simplemente llevaríamos la parte de abajo. Parece ser que a Rafa y a mucha gente le gustaron nuestra perolas.

- ¿Estas lista? – le pregunté a Laura mientras me ponía una bata hasta llegar al estudio.
- Sí, lista y preparada. ¿Vamos? –
- Espera – le cogí del brazo. - ¿Puedo hacerte una pregunta?. –mi amiga solo asintió. - ¿Estas saliendo con Edward?.
- Me alegro de que saques este tema tu y no yo. Me hubiera gustado haberlo hablando antes contigo, pero Edward esta mañana ya lo demostró todo. – comenzó a sonrojarse. – Espero que no te moleste. No se si …. Sientes algo por él. –
- No no, para nada. Me alegro mucho por vosotros. – le abrace con fuerza, aunque por dentro estaba algo triste y confusa – Después de tanta espera lo has conseguido cari, tienes el amor de Edward – le sonreí, al igual que ella a mi.

Ambas, nos dirigimos hacia el estudio. Allí, Mikel y Edward charlaban con Luis. Iban muy sexy. Llevaban un tanga y por lo demás nada.

- Chicas – dijo Luis – Os estábamos esperando –

Nos acercamos aun con la bata puesta. Laura se puso al lado de Edward y yo al lado de Mikel. Este, me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

- Hoy vamos a hacer un pequeñito cambio –
- ¿Un pequeñito cambio? – preguntó Edward - ¿A que te refieres? –
- Hoy la parejas no seréis la de siempre para las fotos. Queremos y la gente quiere cosas nuevas. Gustáis mucho lo sabéis. Vamos a poner esto a cien ¿si? – se fue hasta Rafa. – Laura tu posarás con Mikel. Y Desi tu con Edward. –
- ¿Queeeeeeeeee? – aclamamos Edward y yo a la misma vez por la sorpresa. Edward me miró serio. Rápidamente le aparte la mirada. Me ponía bastante nerviosa el que me mirara así.
- ¿Es necesario este cambio?. No se …. Laura y yo …. –
- Sí, tenemos que hacer cosas nuevas para que la gente siga comprando esta ropa – se explicó Luis, pasando de nuestras quejas.
- ¿De verdad que no se puede cambiar? –
- Que no Edward. ¿Por qué tanta insistencia en querer trabajar con Laura?. ¿Es que acaso ocurre algo con Desi? – se cruzo de brazos. Edward no dijo nada, nos miro a todos y en especial a mi. Se le notaba que no estaba a gusto con la decisión de Rafa y de Luis. ¿Por qué?, eso me gustaría a mi saber.
- Esta bien, comencemos entonces –

Rafa, nos dio las indicaciones que quería para esta nueva sesión de fotos. Las batas tenían que estar fuera. Solo nos cubriría la parte de abajo y las manos de los chicos en nuestros pechos. Mikel, se apoyo sobre la pared. Laura se echo sobre él, dándole la espalda completamente. Mikel, tenía que meter sus manos entre los brazos de la chica. Abrazándose a ella y cubriendo con sus pecho con las manos del chico. Edward, miró de reojo como Mikel abrazaba a su chica. Suspiró y volvió hacia mí. Edward y yo, nos encontrábamos de lado hacia la cámara de fotos.


Ambos, teníamos que estar de frente. Nuestra miradas estarían presentes en todo momento. Mis pechos, se encontraba desnudos ante él. Estaba nerviosa y me temblaba todo el cuerpo. Ni si quiera apenas me había llegado a tocar. Rozar, puede ser. Edward, mostraba seriedad, enfado, y algo nervioso también estaba. Le incomodaba mucho más que a mí aquella situación. Pero, no era mi culpa. Hace apenas una semana los dos éramos los grandísimos amigos de toda la vida. Baje de mis pensamientos al sentir los dedos de Edward sobre mi piel. Más exactos, mis pechos. Sus manos temblaban al igual que mi cuerpo en aquellos momentos.

La sesión de fotos apenas duro media ahora. Seguro que para ambos habían pasado horas. Ya había terminado y junto con Laura me encontraba en nuestro camerino. Me había vestido y cambiado un poco el maquillaje. Laura, aun seguía con la bata puesta. Se estaba desmaquillando frente al espejo.

- Creo que voy a ir a ver a Mikel por un momento -
- Vale -
- Hasta ahora, no tardaré -
- De acuerdo, tomate tu tiempo no hay ninguna prisa - dejo escapar una risilla. Sabía perfectamente a lo que se había referido.

Me encamine hacia el camerino de los chicos. Sin quererlo e imaginarlo, pase por una puerta la cual me llamo mucho la atención. Se encontraba entre abierta y dos voces provenían desde adentro. Me incliné con mucha delicadeza sobre la puerta. Sin hacer mucho ruido e evitar que se abriera. Las dos voces eran muy conocidas para mí. Se trataba de Edward y de Luis.

- ¿De verdad que no se puede hacer nada por cambiarlo?. No se, tu tienes muchas influencias y lo conoces bien. Pídele que volvamos a como estábamos antes -
- Pero, ¿porque tanta insistencia Edward?. ¿Acaso te molesta tanto el trabajar con Desi? - seguramente no llegaba a entender como yo el porque de que Edward no quisiera trabajar conmigo. ¿Tanto daño le había echo?. Simplemente el estar bien con Mikel y ser su amiga. Porque eso era lo que yo me consideraba, una amiga aunque con derecho a roce. Mikel era demasiado suelto. No le costaba darme un beso en los labios. Abrazarme o seducirme a cualquier hora del día.
- No es eso Luis. Yo me entiendo y no me gustaría entrar en detalles. -
- Entiendo. Esta bien, intentaré hablar con Rafa y explicarle un poco por encima algo convincente para que se lo crea. Aunque, no te aseguro nada por ahora. -
- Perfecto. Gracias Luis, sabía que podría contar contigo - escuche como sus manos se chocaron en el aire.

No quería que me descubrieran. Corriendo, me fui de vuelta al camerino de chicas. Más tarde Laura, Edward y yo nos dirigimos hacia el hotel en un taxi. Mikel, se quedo un rato más ultimando algún que otro detalle con Luis y su representante oficial. Luego lo llamaría o nos veríamos más tarde para dar una vuelta. Durante el camino hacia el hotel, no hable ni si quiera hice el más mínimo ruido. Solo escuchaba las risas y los besos de Edward y Laura al mi alrededor. Los coches pitando a la fuera del taxi. La radio que el conductor del taxi tenía puesta. Que ganas tenía de llegar al hotel, ducharme e intentar relajarme. Tuve que insistirle mucho a Laura para que me dejara irme a la habitación. Quería que comiera con ellos.

- Anda Desi, vente - me suplico varias veces. Edward se encontraba de pie a su lado, observando con atención pero si entrar en detalles.
- Otro día, ¿si?. O quizás esta noche, una cena ¿te parece?. -
- Esta bien, una cena. -
- ¿Nos vemos entonces luego? - pregunté esperando que Laura no cambiara de idea y siguiera insistiendo en la comida. Para mi alivio asintió.
- Nos vemos y no faltes - ambas sonreímos y luego asentí. Le dedique una media sonrisa a Edward. No me atrevía a hacer mucho más. Parecía que en cualquier momento me iba a saltar con algunos de sus comentarios fuera de lugar. Él me la devolvió y sin detenerme más me subí a la habitación.

Nada más llegar me duche y me relaje con el albornoz puesto sobre la cama. Pensaba e intentaba atar cabos sobre la actitud de Edward ante mí. ¿Que había echo para que él estuviera molesto conmigo?. No llegaba a ninguna conclusión. Tenía que hablar con él. Pero, no quería hacerlo delante de Laura. Además me daba verguenza acercarme a él y pedirle unos minutos de conversación. Cosa extraña para mí. Tampoco me detuvo mucho tiempo en pensar en como hacerlo. Lo haría de la forma más sencilla y fácil para mí. Cogí un trozo de papel de un blog mío de notas. Apuntes unas cuantas palabras, lo metí en un sobre y llame a Alejandro. Un chico muy amable que trabajar en el hotel. Enseguida toco en la puerta de mi habitación. Le di unas indicaciones y desapareció entre los pasillos del hotel. Más tarde si el aceptaba hablaría con él.


....


Mikel, aun se encontraba en el estudio de grabación. Había estado hablando con Luis y con su actual representante. Había tenido una conversación un tanto interesante. Mikel sonreía pícaramente mientras se dirigía a la puerta principal para salir de local. Como todos los días, al pasar por recepción se despidió de Susana la recepcionista. Pero, algo más le llamo su atención, aparte de ver siempre a Susi como él le llamaba radiante. Una chica, de pelo moreno, alta, y delgada, se encontraba apoyada sobre la pared. Su rostro .... para Mikel era demasiado familiar.

- No, no puede ser ella .... - se quito las gafas de sol. Ando unos cuantos pasos más adelante, poniéndose a una altura medianamente adecuada entre ella y él. - ¿Sara? - se atrevió a preguntar. La chica, se giro sobresaltada tras escuchar su nombre. Así tal cual se llamaba. Su rostro al igual que el de Mikel estaba lleno de sorpresa y confusión.
- ¿Mikel? - preguntó ahora ella.
- Eres tu, estas aquí .... ¿como....? - fue interrumpido por otra voz.
- ¿Mikel Hennet? -
- ¿Jacob Black? - preguntó sin palabras. Jacob, era un viejo amigo de Mikel desde la infancia. Después de los dieciocho años, los dos partieron por caminos muy diferentes. Habían perdido el contacto y apenas habían sabido de él. Solamente que a los dos les iba muy bien.
- El mismo al que ves. - se abrazaron muy fuerte - Tío cuanto tiempo ¿que es de ti? - preguntó.
- Bueno, ahora soy modelo profesional. Pero, ¿y tu?. Que cambiado estas. -
- Tampoco es para tanto - río - Ahora soy modelo como tu. Estoy por aquí por una sesión de fotos para una publicidad. -
- Valla, quién se lo hubiera llegado a imaginar. Jacob Black modelo al igual que yo - sonrieron.
- Seguro que nadie, pero - se giró hacia Sara - estoy siendo todo un maleducado. Mikel, ella es Sara mi prometida y futura esposa. Esperamos casarnos dentro de unos cuantos meses, unos cuatro aproximadamente. Mi amor - se dirigió ahora a su chica. Ella le miró un tanto nerviosa pero controlando la situación - el es Mikel, un gran y viejo amigo de la infancia.
- Encantado de conocerte, Sara - cogió su mano, dejando sobre ella un tierno y dulce beso.
- El placer el mío -

Anduvieron charlando durante unos cuantos minutos más. Jacob tenía una sesión de fotos y lo necesitaba al instante.

- Espero que nos veamos otro día. Nos quedaremos por unas cuantas semanas en París -
- Así espero, tenemos mucho de que hablar Jack - así le llamaban los amigos. Tras despedirse de él, se dirigió a Sara - Ha sido todo un placer el conocer a la prometida de uno de mis mejores amigos. - le dio dos besos con tanta delicadeza que puso llegar a susurrarle algo muy cerca de ella - Esta noche en mi casa. Ya sabes donde vivo -
- Un placer - susurró ella.
- Hasta luego Jack -


[....]


Habían pasado como unas siete horas desde que Mikel y aquella chica Sara se volvieron a encontrar después de tantísimo tiempo. Ya había anochecido y Mikel no paraba de dar vueltas de un lado para otro del salón. Desi, le había estado llamando de vez en cuando pero este prefirió no cogerle el tfn. Notaría con mucha rapidez su nerviosismo, ya que no podía dejar de estarlo. Minutos más tarde, el timbre de la puerta sonó. Mikel, se miró una vez más de las tantas que ya se había mirado en el espejo. Suspiró y abrió la puerta. Encontrándose de nuevo con aquella chica, Sara.

- No he podido venir antes. He tenido que disimular y crear una mentira convincente a Jacob para que no se preocupara por mi salida a estas horas.
- Aun no es muy tarde como para que se preocupe - le ofreció pasar. Ella aceptó y ambos se dirigieron a la zona del salón. Se sentaron sobre el sofá - ¿Te apetece tomar algo? - preguntó.
- Vallamos al grano ¿vale?. Que quieres de mí. - preguntó. Mikel sonrió y se echo sobre una copa un poco de aquella botella de licor.
- Simplemente quería verte y recordar viejos tiempos. Te fuiste muy rápido. -
- Tenía que irme. No podía seguir estando a tu lado por más tiempo. – se . Seguramente estaría recordando algo del pasado.
- Y te lo respeto - dijo Mikel sin preocupación.
- Entonces .... no tengo más nada que hacer aquí. Tú ya quedaste para mi en el pasado Mikel. Intenta hacerlo tu también conmigo - hizo el intento de irse. Mikel fue más rápido y la agarro del brazo pegándola a su cuerpo.
- He intentado hacerlo y creía haberlo conseguido. Pero .... - la apretó más contra su cuerpo. Sara suspiró ante la presión - Ha sido volver a verte y sentir aquel deseo placentero con tan solo verte que creía haber llegado olvidar. - los labios del chico, se fueron acercando a los de ella. Rozándolos, para después besarlos. Sara, en un principio siguió aquel beso. Pero por su mente comenzaron a pasar aquellos recuerdos que tanto le dolían, y Jacob. Ahora estaba comprometida con él.
- No Mikel - lo paró - No esta bien esto. Esos besos no pueden volver a ser recordados -
- ¿Porque no? Se que lo deseas tanto como yo. Sentir mi dedos surcando tu cuerpo desnudo sobre mi cama. Mi lengua surcando la tuya. Mis besos y mis caricias. Todo. - susurró. Luego sus labios comenzaron a besar su cuello y parte de su pecho. Su camisa estaba desabrochada por unos cuantos botones. Sara, en un principio intento separarse de él. Pero su debilidad por él fue más fuerte y se dejo llevar. Ahora ella era quién lo abrazaba y lo besaba con mayor deseo y desesperación. Mikel sonrió ante aquella nueva victoria lograda. - Sigues siendo la misma mujer deseosa y placentera de antes, no has cambiado nada - susurró, volviéndola a estremecer entre sus brazos.

miércoles, 20 de enero de 2010

Un viaje a París - Capítulo 21.

~ Un viaje a París - Capítulo 21.

Mis labios, se unieron a los suyos. Primero los roce para después surcarlos con mi lengua, así sintiendo la suya.
Laura, se abrazo a mi cuello. Sus dedos, se enredaban en mi pelo totalmente alborotado. Mis manos, bajaron hasta su cintura. Sus piernas se entrelazaron en mi cintura. La cogí en brazos. La tumbe sobre el frío suelo de la habitación. Se excito tras sentir el frío sobre su piel. Me incline hacia ella, para seguir disfrutando de sus labios. Acaricié cada rincón de su cuerpo. Estaba helada, tiritaba ante la excitación y el frío. Mis labios, comenzaron a bajar por su cuello, por sus hombros para seguir por su pecho y bajar hasta su vientre. Laura, tiro de mi pelo. Estaba que explotaba del placer.
Era una gozada tenerla delante de mí tan excitada del placer ante mis besos y mi lengua surcando su cuerpo.

- Edward - susurró mi nombre. La miré. - Haz lo que tengas que hacer pero hazlo ya .... - me suplicó de nuevo en un susurro.
- Tranquila pequeña - baje hasta su zona íntima. Aún tenía aquel fino tanga. Tenía que deshacerme de aquella inoportuna prenda. - Todo en su debido momento - concluí. Laura gimió al sentir mis labios sobre su vagina aun cubierta.
- Edward Cull.... - ni le deje terminar decir mi nombre y apellido completo. Mis labios taparon los suyos con un deseoso beso.
- Me vuelves loco, Laura - le susurré.

Seguir acariciando cada rincón de su cuerpo. Sus labios seguían mezclado con los míos en un inmenso placer y deseo. Baje hasta su tanga. Me entrtuve primero con el hilo de este, luego comencé a bajar sin mucha brusquedad. Laura, se encogió entre mis brazos. Gimió, luego me susurro ....

- Te amo, Edward - me incorporé de repente ante la sorpresa de sus palabras. Laura, al darse cuenta también de sus palabras, se incorporó. - Edward, yo .... no - Iba a responderle pero justo en ese momento tocaron la puerta. Era los masajistas. Parecía que el tiempo no había corrido tan deprisa para nosotros, había pasado exactamente una hora y media. Laura, se puso de pie y se volvió a tumbar sobre la camilla. Estaba colorada y no me miró en todo el rato en que los masajistas terminaron de darnos el masaje. Ahora sabía que en verdad me amaba, me lo había dicho.

[Desde los pensamientos de Edward]

....

- ¿Que tal me queda? - dijo Mikel, saliendo de uno de los probadores de la tienda. Se había probado unos pantalones vaqueros ajustados con una camiseta un tanto sexy. Era negra con pequeña roturas -
- Perfecto, estas guapísimo -
- ¿Si?, ¿no se me marcan mucho el paquete con este pantalón? - me preguntó tan a la ligera como si nada.
- No se, yo te los veo bien. ¿Te marcan lo justo no? - joder que preguntas me hacía.
- Si yo creo que sí. - se miró de nuevo en el espejo del provador. - Por cierto, ¿porque no te pruebas ese conjunto que tanto te ha gustado? - me miro pícaramente. Arquee la ceja por unos instantes.
- ¿Que? - dijo sin entender mi cara de expresión ante su pregunta.
- Nada, será mejor que te cambies y paguemos esto. - le cerré la cortina del probador. Mikel río y se cambio en cuestión de nada.

Pagamos y salimos hacia en busca de su deportivo.

- Ve abriendo tu, enseguida vuelvo – me dio la llaves de su coche.
- ¿A dónde vas? –
- Se me ha olvidado comprar una cosa, no me tardo nada.
- ¿Más compras?, pero Mikel …. Si te has llevado prácticamente la tienda entera – comencé a reír al igual que Mikel.
- No es para mí …. – se fue, dejándome con la palabra en la boca. ¿Cómo que no era para él?.

Había pasado un rato agradable de compras con Mikel. Ni si quiera me había fijado en la hora que era. Oh, las 8 de la tarde. Se me había echo demasiado tarde. Ya tenía que estar en el lugar donde haríamos el desfile. No me daba tiempo a ir primero al Hotel. En cuanto Mikel llego al coche con una bolsa un tanto misteriosa, nos dirigimos directamente hacia el lugar del desfile.

Tuvimos que entrar por la puerta de atrás, enseñar mi carnet para poder entrar. Mikel, aparcó en el Parking.

- ¿No entras dentro? – pregunté. Mikel se había dejado caer en su deportivo.
- No, entraré por la puerta principal para ver el desfile –
- Pero, yo puedo entrarte sin ningún problema. De la otra manera tendrás mucha cola, anda ven – insistí, le tiré del brazo pero nada sirvió.
- No en serio, prefiero entrar por la puerta. Ya sabes, no tengo muchas ganas de encontrarme con Edward. –
- Esta bien, siendo así. Luego nos vemos entonces, ¿vale? – le di un beso en la mejilla. Mikel antes de irme me cogió del brazo.
- Espera, antes quiero darte algo – saco del coche una bolsa, y me la dio.
- ¿Esto es para mí? – asintió.
- Ábrelo –
Comencé a abrir el pequeño paquete que había dentro de la bolsa. Estaba nerviosa, ¿Qué sería?.
Al principio, no atine con el fiso y tuve que romper el papel. Me encontré, con una pequeña cajita de un color plateado brillante. Al abrirla, mi cara de intriga se convirtió en sorpresa.
- Oh Mikel, es precioso –
- ¿En serio?, ¿Te gusta? – preguntó con una enorme sonrisa. Le había encantado sin ninguna duda mi expresión de alegría y sorpresa al ver su regalo. Mikel, me había regalado una pulsera de plata.
- Me encanta, no …. Tenías que haberte molestado –
- Sabes que para mí no es ninguna molestia, además es la única manera de que entiendas que te amo – cogió la pulsera, luego mi muñeca y la ajusto. – Te queda preciosa. - sonreí. No tenía palabras para describir aquel momento y aquello. Simplemente me tiré a sus brazos y le abrace. Mikel, prefirió agarrarme de la barbilla y besarme. Aquel beso que me hizo flotar.
- Mikel …. –
- Será mejor que te vallas, ¿no querrás que te echen una bronca por llegar tarde no? – arqueó una ceja. Reí.
- No claro que no. Luego nos vemos. –

Dentro, Edward y Laura ya se encontraba desde hacía bastante rato. Estaban en sus respectivos camerinos. Edward, se terminaba de probar la ropa para ultimar algún que otro detalle. Laura, se encontraba en maquillaje y peluquería. Estaba quedando radiante. Corriendo, me dirigí hacia mi camerino. Luis, me esperaba dentro. Su cara no mostraba mucho agrado la verdad.

- Lo se, llego tarde. Sorry – dejé el bolso sobre la mesa.
- Tienes 5 minutos para irte a maquillaje y peluquería –
- Sí –
- No te tarde más de los que has tardado – cerro de un portazo.
- Lo que usted diga – me dirigí hacia donde me había mandado.

Laura, se encontraba aun allí. Ya estaba maquillada y casi terminada de peinar. Le estaban dando algún que otro retoque. Estaba preciosa, radiante.
- Siento llegar tarde chicas – me disculpé ante la gente.
- Mira a quién tenemos aquí, si es la desaparecida –
- Hola a ti también – sonreí.
- ¿Dónde has estado?. Edward y yo no hemos parado de llamarte y de mandarte mensajes – Oh, se me había olvidado por completo encender de nuevo el tfn.
- Lo siento, se me olvidó. –
- Chicas, tenéis 25 minutos para terminaros del todo – dijo Luis, sin entrar dentro.
- Has estado con Mikel, ¿Verdad? –
- ¿Cómo lo sabes? – me eche sobre el asiento. La maquilladora comenzó a dejarme como una princesa. O eso quería parecer en esta noche.
- Intuición femenina, sabía que estarías con él. – río pícaramente, al igual que yo ya que no sabía que decir.
- Pues si he estado todo este tiempo con él, y no me preguntes más porque no te pienso contar nada –
- ¿Qué?, eh no se vale – – se cruzó de brazos. Yo reír pero igualmente pase de ella y sus insistencias en saber.

Más tarde, Laura se marchó hacia fuera. Luis tenía que hablar con ella ya que estrenaría el desfile. Edward se reunió más tarde. Poco después cuando me terminaron, me uní yo.

- Oh Desi, estas guapísima - exclamó.
- Gracias, aunque tu me ganas. Estas bellísima -
- Hay estoy totalmente contigo - saltó Edward para mi asombro.
- Edward - le dio un pequeño codazo Laura. Este, se encogió de hombros.
- Que, ¿acaso no digo la verdad o que? -

Laura, paso de sus palabras y se dirigió de nuevo al camerino.
Ahora, Edward y yo nos encontrábamos solos detrás del escenario.

- Dime, ¿donde has estado?. -
- Eso a ti no creo que te importe - hice el intentó de irme. Edward me cogió del brazo, tirando hacia él.
- Oh, yo creo que sí. -
- Suéltame, me estas lastimando - intenté soltarme pero no pude.
- Esta bien, mi intención no es hacerte daño - sonrió.

....

[ Desde los pensamientos de Edward ]

Mi intención no era el lastimarla ni mucho menos.
En todo el día hasta ahora no había sabido de ella, estaba preocupada y enfadado.
Seguramente habría estado con Mikel, cosa que hace que me repatee entero.
Aparte, aun seguía confundido. Si tanto sabía ese amor que Laura sentía por mi, ¿porque me sentía tan confuso?.
Tenía que hablar con Desi, pedirle una disculpad por mi comportamiento.
Me encamine hacia el camerino donde se encontraban las chicas. Para mi asombro y alegría, la puerta se encontraba entre abierta. Me incliné para poder escuchar algo mejor, Laura y Desi se encontraban hablando de como no .... Mikel.

- ¿Y porque no ha entrado contigo? -
- Prefería entrar por la puerta principal y ver el desfile. No si ya estará en la cola, creo que se iba a esperar un poco en el parking hasta que la cola fuera desapareciendo -
- Oh, que mono él -
- Sí, lo es.

¿Con que el señorito Mikel estaba esperando aun fuera?, interesante.
No quise interrumpirlas, tenía mejores cosas que hacer. Mi disculpad con Desi podía esperar. Aun quedaba como media hora para que el desfile empezará. Decidí dar una vuelta por el parking.

A fuera, Mikel se encontraba andando sin rumbo. Sin duda, estaba esperando a que la cola fuera cediendo de gente. Típico de él. Desde siempre nunca le había gustado los agobios y estar metido entre la gente esperando. No se me vio o noto escucho mis pasos, rápidamente se giro hacia mí. Su cara de alegría esperando a que fuera su amada Desi, se convirtió en desagrado.

- Hola Mikel - le salude con una cierta ironía.
- Que estas haciendo aquí .... -
- Bueno, aun no empieza el desfile. Quise salir a sentir el aire fresco de la noche y mira con quién me he encontrado, con un tipo bastante desagradable. -
- Habla más por ti. - se encaró hacia mí. - Que pasa, ¿no te basto el guantazo que te metí el otro día que tienes ganas de más ? -
- A mi no me vaciles, Mikel -
- A mi tampoco querido amigo - dijo con una sonrisa.
- Esta bien, seré claro. ¿Te has dado cuenta de que Desi ya no te ama? -
- Fíjate que te equivocas - le miré extrañado. - Desi corresponde a mi amor. -
- No me hagas reír Mikel -
- ¿No me crees? - preguntó.
- Oh, por supuesto que no. Sabes que nunca volveré a confiar en ti -
- Muy bien, cuando el señorito pueda .... fíjate en la muñeca derecha de Desi - me dio cierta información.
- Que pasa con su muñeca -
- Tu fíjate, hay te darás cuenta que ella correspondió a mi amor - se fue, dejándome solo.

....

Quedaba apenas unos minutos de nada para que el desfile diera su comienzo. Laura, Desi y yo nos encontrabamos detrás del escenario a la espera de las indicacciones de Luis.

- En 1 minutos empezamos - dijo.

Laura, se abrazó a mi totalmente nerviosa. Yo, le eche mis brazos por encima. Quería transmitirle seguidad y ánimo, todo en esta noche iba a salir a la perfección.
Desi, se encontraba al lado de Laura. Su mirada se dirigía entre las cortinas. Seguramente estaría buscando a Mikel.

- Mikel - susurré.

Recordé sus palabras antes de irse y dejarme solo en el parking. Rápidamente, mi mirada se centro en su muñeca derecha. Mi gesto fue de asombro al contemplar la pulsera que Desi llevaba puesta. Era cierto, Mikel por una vez no estaba mintiendo. Desi le había correspondido. En ese momento, sentí rabia y ganas de partirle la cara a alguién. Más en concreto a Mikel.

- Laura, vete preparando - dijo Luis. La chica, asintió y luego me miro nerviosa.
- Edward - susurró.
- Tranquila, vas a estar impresionante - le bese la mano.
- Gracias, tu también - sonrió - Mucha suerte, Desi -
- Gracias, igualmente a los dos - ni si quiera me miro.

[....]

El desfile fue todo un gran éxito.
A la gente y en especial a los críticos de moda le gustarón y diero por impresionante aquel desfile.
Desi, Laura y yo atrás del escenario saltabamos de alegría.

- Desi - escuché detrás de mí. Era Mikel, Luis le había dejado pasar en cuanto lo vió.
- Mikel - se tiró a sus brazos rápidamente.
- Has estado increíble mi amor -
- ¿Tú crees?, no se - sonrió.
- Creetelo preciosa, lo has estado - se fue acercando a sus labios para después besarlos.

En ese momento sentí como un dolor muy grande en el pecho se me formaba. Mis sentimientos, aquellos sentimientos hacia Desi se habían roto en mil pedazos.

Un viaje a París - Capítulo 20.

~ Un viaje a París - Capítulo 20.


Al entrar anoche con mucho sigilo en la habitación, pude escuchar con perfección como el agua de la ducha caía. Laura, se estaba duchando. Perfecto, no tenía ganas de hablar con nadie. Me cambie de ropa y me metí en la cama. Solo quería relajarme y dormir un poco. Estaba cansada y algo agobiada.

Los rayos del sol comenzaron a traspasar mi ventana. Miré la hora, las doce casi de la mañana. Si que había dormido, y por lo que veo Laura ya se había levantado.
Me pegue una ducha y después me arregle pero sin exagerar, un estilo algo informal.
Baje a la cafetería, a lo lejos pude divisar en una de las mesas apartadas a la puerta principal a Laura y Edward.
No tenía ganas de hablar con nadie. Sin que se diera cuenta me senté en otra mesa un tanto apartada del lugar, al lado de la barra de la cafetería. Desde hay no me podía ver. Pedí mi desayuno y observe cada movimiento de ambos.

Se sonreían y de vez en cuando Edward le hacía alguna que otra carantoña.
Laura, se mostraba tímida pero a la vez encantada porque el fuera así de dulce y cariñoso.
¿Porqué me daba tanta rabia verlos de aquella manera?. ¿Acaso estaba celosa?, oh sí, eso era. Celos y más celos.
Al terminar de desayunar, ambos se marcharon en dirección a no se donde.

Decidí esperar unos cuantos minutos, después tras pagar mi desayuno me dirigí hacia un parque cercano de la zona.
Me senté sobre un banco. Necesitaba relajarme un poco.
Hacía fresco y corría un poco de aire. Me gustaba sentir el frío del invierno sobre mis mejillas.
No se cuantos minutos me había pasado desde que me senté en aquel banco, solo tenía más ganas de seguir allí, sin agobio y sin ataduras.

- ¿Te importa si me siento a tu lado? - me giré de repente.
- ¿Mikel? - asintió - ¿Que estas haciendo aquí? - ¿como me había encontrado?.
- Fui a buscarte al hotel pero no te encontré, luego tu tfn esta apagado - oh, es cierto. Estaba tan concentrada en querer despejarme que ni me di cuenta de volver a encenderlo - Pregunte por ti y me dijeron que acababas de salir. Me imagine que podrías estar por aquí.

Ambos, nos tiramos charlando como más de una hora.
Estuvimos paseando y después tras tanta insistencia por parte de Mikel me invitó a comer.
Fuimos a un lugar cerca de su casa. Era bastante acogedor aquel lugar.
Por supuesto que durante nuestra perfecta comida no se quedaron atrás las grandes sonrisas que Mikel me dedicaba a cada momento.

- ¿Quieres que te lleve de vuelta al hotel? - ya habíamos pagado y ahora andábamos hacia donde Mikel tenía aparcado el deportivo.
- No, a donde tu quieras menos al hotel -
- ¿Ocurre algo? - preguntó preocupado.
- No, solo que no tengo ganas de volver y .... necesito seguir tranquila hasta esta noche. Ya sabes .... el desfile - me apoye sobre su pecho.. Mikel me abrazó con sus fuertes brazos. Me cogió de las manos y después me alzo la barbilla.
- ¿Te apetece una tarde de compras conmigo? - puso cara de pícaro. ¿Me debía de fiar de él o mejor no?.


....


[ Desde los pensamientos de Edward ]


Por supuesto que deseaba tener a Desi entre mis brazos y hacerla mía sin cesar. Pero, no podía .... estaba Laura.
No sabía lo que sentía hacia ella, si un gran cariño o el comienzo de un bonito sentimiento. ¿Amor?, quizás, tal vez, quién sabe. Ni yo mismo lo se. No podía seguir con aquello, tenía que mostrarme con Desi un poco distanciado. Antes, tenía que saber si el amor que le sentía desde que éramos unos críos aun seguía en pie.

Eran como las 8 de la mañana cuando los rayos del sol comenzaban a traspasar la ventana de mi habitación.
Llevaba como una hora despierto dando vueltas de un lado para otro en la cama. Pensando.
Cansado, decidí pegarme una ducha y relajarme por unos minutos.
Me vestí y salí un poco al balcón para sentir el aíre frío de por la mañana, una sensación un tanto agradable y fría por que no.
Mi tfn comenzó a sonar en mi bolsillo del pantalón. Era mi niña linda, Laura.

- Te espero en la puerta de mi habitación en 5 minutos. – dije sin dejarle hablar.

No había pasado ni cinco minutos cuando Laura ya se encontraba en la puerta de mi habitación. Tras abrir me encontré con su enorme y preciosa sonrisa.

- Valla, veo que eres rápida - la cogí de la cintura, pegándola a mi cuerpo. Sobre su mejilla deje un calido beso.
- Estaba un poco aburrida, pero si estas ocupado vengo en otro momento no quiero molestar -
- Tú nunca me molestas -
- Me alegra saberlo – se sonrojó.
- Anda, pasa …. Aun es temprano para bajar a desayunar.

Estuvimos charlando sentados sobre la cama bastante rato.
Cuando vimos que nuestros estómagos ya rugían lo suficiente para saber que teníamos que desayunar, bajamos a la cafetería.
Nos sentamos en una mesa apartada de la puerta principal. Quería estar con ella a solas y tener algo de intimidad. Hablar e intentar saber cuales eran mis sentimientos hacia ella.
Mientras esperábamos el desayuno decidí hacerles alguna que otra pregunta. Intentaba pensar alguna pregunta directa pero tampoco muy llamativa, tampoco quería incomodarla con tantas preguntas. Laura, se tuvo que percatar de que algo estaba tramando.

- Cuéntame, ¿ que se le esta ocurriendo a esa cabecita alocada? – se apoyo sobre la mesa. Su sonrisa era pícara y divertida ante las ganas de saber que era lo que estaba pensando.
- Bueno …. – comencé a dibujar mi famosa sonrisa torcida y pícara sobre mis labios. – ¿Te gusta alguien? – fui directamente al grano. Laura, se llevo una gran sorpresa ante mi pregunta. Incluso puedo decir que algo nerviosa ante mi sonrisa.
- A … a ¿Qué viene esa pregunta?, que yo sepa nosotros nunca tocamos esos temas – contemple como sus mejillas se pusieron algo coloradas.
- No se, eres mi amiga. Me gustaría saber algo más de ti. – y así era.
- ¿De verdad quieres saber de mí y no de Desi? – Oh, Desi. Ahora entiendo sus gestos, su caras de tristeza cada vez que hablaba con ella sobre Desi. Mi amor hacia ella y mis ganas de conquistarla.
- Así es, de ti – le cogí de las manos con cariño.
- Pero …. – le interrumpí.
- Ahora quiero hablar de ti. Saber de tus sentimientos y tener algo más de intimidad contigo. –

Estuvimos como más de una hora hablando. Intenté sonsacarle sobre sus sentimientos hacia mí, pero poco logré. Le daba vergüenza y negaba que le gustaba alguien.
Terminamos de desayunar, decidimos subir a la habitación para cambiarnos y bajar juntos a la sala de masajes. Luego volveríamos para comer con Desi y prepararnos para el Desfile de esta noche.


….


Aquel masaje era todo una delicia. Estaba tenso y el masaje me estaba viniendo a la perfección. Al lado mía, Laura se encontraba también. Se le veía relajada, casi dormida por aquellas manos de aquel chico que masajeaban su espalda. Una chica lo hacía conmigo. Estaba aburrido y casi adormilado. No tenía ganas de dormir. Pensé un poco y con una sonrisa pícara me dirigí a la chica que me estaba dando el masaje.

- ¿Les importaría dejarnos a sola por unos cuantos minutos? – La chica no puso ninguna objeción, ni el chico tampoco. Ambos, salieron de la habitación y nos dejaron a Laura y a Mí completamente a solas.

Me levante de aquella camilla. Rodee sobre mi cintura aquella toalla que cubría al estar tumbado mis piernas y parte de mi zona íntima. Me acerque a Laura y con mis manos comencé a masajear su hombros, espalda …. Bajando hacia abajo, metiendo mis manos por debajo de su toalla. Laura, sobresaltada se giró observándome. Estaba asombrada y mi sonrisa era pícara.

- Edward, ¿Qué estás haciendo? –
- Darte un masaje – intenté tumbarla de nuevo, pero se resistió.
- ¿Qué? – por un momento llegue a pensar que en verdad a Laura no le gustaba nadie.
- ¿Y si nos pillan? – me sorprendió su pregunta. Luego sonreí con picardía y baje hasta sus labios para besarlos con deseo. Laura se estremeció con tan solo sentir el roce de mis labios sobre los suyos.
- Tendremos que darnos prisa –

Un viaje a París - Capítulo 19.

~ Un viaje a París - Capítulo 19.


- Oh Laura, háblame ¿si? - cerré la puerta de mi habitación tras entrar después que ella.
- Como has podido Edward - susurró.
- Lo siento, no quería - desvié la mirada al suelo. Laura, se giró hacia mí.
- ¿Porque? -
- Estábamos hablando de nuestras cosas. Mikel hablo de más y ya sabes .... el carácter que tengo. No tuve otra cosa mejor que aventarme sobre él y arrearle a puñetazos - aun no había alzado la vista desde el suelo. No sabía que expresión tenía Laura ante mis palabras. ¿Me creería?.

No escuche ni una sola palabra salir de su boca. Escuche pasos, sus pasos al andar. Se estaba acercando hacia mí. Sorprendido, alce mi vista hacia ella al sentir el tacto de su mano sobre mi mejilla totalmente colorada por el guantazo que Mikel me había metido en un momento de despiste.

- Perdóname - le pedí. Con mi mano aplaste la suya sobre mi mejilla. El calor de su mano, hacía que el moratón doliera menos.
- Anda ven, siéntate - me sentó sobre la cama - Será mejor que te cure esas heridas -
- No tienes porque hacerlo. -
- Tampoco me cuesta nada, Edward - se giró para dirigirse al baño a por el botiquín. Antes le cogí de la cintura tirando de ella, sentándola sobre mi regazo.
- Lo único que quiero es que me perdones - le pedí. Laura me miró por unos segundos para después sonreír y abrazarme entre sus brazos. Mi cabeza, la deje inclinar sobre su pecho. Sus dedos acariciaban mi pelo y me daba pequeños besos sobre él.


[Desde Los Pensamientos de Edward]


....


- ¿Es que estáis locos? - seguí gritando como una histérica. Andaba de un lado para otro del salón.
Mikel, sentado sobre el sofá hacia el intento de escucharme y relajarme. - ¿Es que no podéis dejar de comportaros como unos críos malcriados? -
- Por favor, tampoco es para tanto ¿vale? - fue lo único que dijo.
- ¿Sabes?, a veces no se quién es peor .... si Edward, o tu - hice el intento de irme, pero Mikel me agarro con fuerza el brazo. Me tiró hacia él. Estaba bastante molesto, casi enfadado.
- A mi no me compares con ese ¿me oyes? - gritó, para después tirarme sobre el sofá. No hice el intento de defenderme, hablar. ¿Para que?. Mikel se enfadaría y volvería a tratarme como una mierda. No le iba a permitir que eso volviera a pasar. Cogí mi chaquetón y me dirigí hacia la puerta. Mikel me siguió con la mirada. - ¿A donde vas? -
- Me voy, siento haberte molestado - salí afuera.
- Espera - gritó.
- Déjalo Mikel, no hay más que hablar - me encamine hacia el jardín. Intentando pasar de las llamadas de Mikel tras de mí.
- Por favor, Desi. Lo siento - me agarro del brazo, tirando hacia él. Intenté mantener el equilibrio, pero mi tacón se torció. Caí sobre los brazos de Mikel. Nuestros labios se quedaron muy cerca casi rozándose. - Perdóname - habló. - No quería comportarme así contigo. - se disculpó.
- Esta bien, entremos dentro – me puse derecha. Ambos nos dirigimos hacia el salón. Nos sentamos y nos acomodamos sobre el sofá.
- Me he puesto muy nervioso, no quería tratarte así –
- Tranquilo, no pasa nada. Te entiendo, los nervios …. – suspiré. Ahora no podía dejar de pensar en como estaba Edward. Me iba a escuchar.
- Déjame recompensarte de alguna manera – me agarro de las manos.
- No hace falta, de verdad. –
- Oh si, claro que sí. Ahora me siento fatal por mi comportamiento, ¿Cómo me he atrevido a tratarte así? – me cogió de la cintura, pegándome a su cuerpo. Sus labios y los míos se encontraban muy cerca. Temblé al notar sus dedos acariciar mi piel.
- Mikel …. –
- Shssssss – posó uno de sus dedos sobre mis labios, suavemente. - ¿Por qué no me dejas intentarlo?, podría funcionar y …. – me adelanté para hablar.
- Mikel, espera …. No digo que lo nuestro no llegue a funcionar solo que, no se acabamos de conocernos y – no pude seguir. Sus labios se unieron a los míos en un dulce y tierno beso. Quise separarme pero no pude. Los labios de Mikel eran como imán.
Me cogió en brazos y subimos hasta su habitación. Me tumbo sobre la cama, poniéndose sobre mí sin dejar de besarnos. Sus manos fueron deslizándose por mi cuerpo, por encima de la ropa. Parándose en mi cintura, pegándome más a su cuerpo.
Se separó de mis labios para bajar hasta mi cuello y entretenerse con él con pequeños besos. Me estremecí cuando sus dedos se deslizaron por mi pantalón y tiro del hilo de mi tanga. Pude sentir como echo una risilla eufórica y divertida. Quería derretirme y lo estaba consiguiendo. Me abrace a su cuello, enredando mis dedos en su pelo. Olí su aroma, olía tan bien cuando lo tenía tan cerca. Me estremecía aquel olor.

- Si supieras cuanto te deseo – me susurró muy cerca. Sonreí ante sus palabras, echando memoria atrás y recordando aquella escena entre Edward y yo. Recordé como repetía las mismas palabras. Aquel día estaba demasiado pendiente de mí, metiéndome mano y estremeciéndome a cada paso. No podía seguir con aquello. Todavía no, ante tenía que decidirme. Aclarar mis sentimientos.
- Mikel, para. No sigas – le pedí, separándolo de mí.
- ¿Pasa algo? ¿estoy haciendo algo que no te guste? –
- No, solo que …. Espera ¿si?. Todavía es demasiado pronto –
- Esta bien, como quieras – suspiró, se separó de mí. Rápidamente me levante, necesitaba ir al baño. Antes, le di un beso sobre la mejilla en modo de agradecimiento.

Cerré la puerta tras entrar dentro del baño. Me apoye sobre la pared. Estaba demasiado acalorada y aun confundida. Abrí el grifo del lavabo y me moje un poco el cuello para así relajarme. Me miré por unos segundos en el espejo. Pero, ¿Qué es esto?. Mi cara fue un caso cuando observe aquel pequeño chupeton que Mikel momentos antes cuando estaba entretenido con mi cuello me dejo. ¿Y si me lo veía Laura?. O peor ¿y si me lo veía Edward?. No iba a parar hasta sonsacarme todo lo que el quisiera. Sería mejor que me lo tapase y que no me lo viera.


….


Después de tanto insistirle a Mikel en que me iba en un taxi, accedió.
Durante el camino estuve pensando en la manera de hablar con Edward sobre la pelea entre él y Mikel. No había estado nada bien. Sí, no se llevaba bien y eso no lo discutía, pero …. Son compañeros de trabajo.
Me baje y le pague al taxista lo correspondiente. No se como lo hacía pero siempre me gastaba un dineral en taxi.
Subí hasta la habitación de Edward. Suspiré y toque sin mucha brusquedad la puerta.
Edward me abrió, estaba despeinado. Parecía que había estado tumbando. Laura no se encontraba con él en aquellos momentos, estaría en nuestra habitación.

- Ah Desi, eres tú. Pasa – me ofreció pasar. Asentí y luego le sonreí.
- ¿Pasa algo?, si estas ocupado vuelvo luego –
- No no, solo estaba tumbado un rato en la cama …. – se sentó de nuevo sobre ella echándose para atrás, cansado. Dude unos segundos en sin reprocharle aquella pequeña bronca entre él y Mikel.
- ¿Por qué os habéis peleado? – me apresuré a preguntarle.
- Uf – resoplo. - ¿te importa si hablamos de esto más tarde?, no tengo mucha ganas de hablar de ese tipo – volvió a resoplar. Me quede atónita, ¿Cómo que ese tipo?. Sabía que Mikel tenía su carácter pero tampoco era para tratarlo así.
- ¿Qué? – preguntó.
- ¿Es que nunca dejaréis de comportaros como críos? –
- Oh, disculpe. El empezó primero, si lo conocieras de verdad – se incorporó en la cama.
- Lo conozco lo suficiente para saber que es una maravillosa persona – me senté en frente de él en uno de los sillones de la habitación. Edward comenzó a reír. – Que, ¿Por qué te ríes?.
- Como se nota que en realidad no lo conoces – se levantó. Se acercó hasta la ventana.
- No – exclame - ¿Sabes lo que pasa?. Estas celoso, celoso por saber que a lo mejor no me podrás tener entre tus brazos, besarme, y hacerme tuya sin cesar. – Edward me miró con picardía, acercándose y acorralándome entre la pared y su cuerpo. Nuestros labios quedaron apenas a unos centímetros, rozándose.
- Sabes que puede ten …. – paró, posando su mirada sobre una zona concreta sobre mi cuello. ¿Se habría dado de aquel chupeton de Mikel?. – Ya veo que Mikel ha dado a entender que eres solo para él – se separó de mí con cierta ironía.
- Yo no soy de nadie –
- Me importa bastante poco, Desi – se sentó sobre la cama. ¿Le importaba de verdad poco el que yo fuera de Mikel y no de él?. Rabiosa, me tiré sobre él en la cama. Su cara era de sorpresa y a la vez confundido por mi comportamiento. Me senté sobre sus caderas, me incline casi con mis labios rozar los suyos.
- ¿De verdad te importaría poco el no sentirme así tan cerca de ti?, casi besándote y a tan solo sentir una de mis caricias sobre tu piel. El hacerme enloquecer y hacerme tuya hasta derretirme entre tus brazos…. Dime Edward ¿te importaría todo esto? – no le deje hablar. Mis labios se unieron a los suyos. Aquel beso estaba ansiado de deseo. Edward, no hizo el intentó de apartarse. Por momentos comenzaba a excitarse con tan solo sentir mis manos sobre el principio de su pantalón.
- ¡No! – gritó. Se levantó. - ¿En que estas pensando? –
- En que se que no puedes dejar pasar todo esto que sientes por mi. ¿Por qué te niegas algo de lo cual es inevitable? - le pregunté, recibiendo una mirada agotada y sin ganas de nada.
- Será mejor que hablemos de esto en otro momento. – se sentó de nuevo sobre la cama. Su mirada se centraba sobre el suelo en aquel momento.
- Esta bien, ya hablaremos –
- Gracias por entenderme, Desi – me miró, yo le evité.
- No hace faltas que agradezcas nada Edward. – cerré de un gran portazo la puerta.

Un viaje a París - Capítulo 18

~ Un viaje a París - Capítulo 18.


Habíamos terminado la sesión de fotos y teníamos la tarde y la mañana del día siguiente hasta la noche libre. El desfile sería al día siguiente por la noche, en uno de los grandes salones diseñados para desfilar en Francia. Asistirían grandes diseñadores de la moda, críticos, la prensa, y un montón de gente importante y con inmensidad de dinero.

Durante la tarde decidimos relajarnos. Mikel, nos invitó a pasar la tarde en su casa y a cenar. Edward en un principio no le hizo mucha gracia, pero a la insistencias de Laura, y al saber cuales eran sus sentimientos ahora hacia él, no pudo negarse y complacerla.

Como era de Natural, al igual que yo en un momento me quede atónita por la casa de Mikel. Edward y Laura se quedaron igual o peor que yo.

- Parece ser que se han sorprendido un poquito ¿no? – preguntó a mi lado Mikel. Asentí dedicándole una sonrisa.
- Eso parece, y es normal. Tu casa da mucho de que hablar, es preciosa. Al igual que su dueño – me atreví a decirle. Mikel me miró sorprendido para después dedicarme una enorme sonrisa y un apretujón de mano.
- ¿Y no te aburres viviendo en una casa tan grande? – preguntó Edward.
- No, apenas estoy por casa. Ya sabes, el trabajo quita mucho tiempo libre –
- Oh Mikel, esto es una gozada de casa. Es preciosa – Laura no paraba de alucinar y de mirar a todos lados.
- Gracias –
- Cuéntanos Mikel, ¿Cuántos ligues te has tirado en este enorme sofá? – preguntó Edward un tanto irónico, mientras se acomodaba en el sofá del salón.
- Ejem – tosí – Será mejor que valla preparando la cena, ¿Laura me acompañas? –
- Si claro, portaros bien chicos –
- Así lo haremos – contestó Edward muy pícaramente.


....


[ Desde los pensamientos de Edward ]


En un principio, no había entendido el porque de que Desi entrará en mi habitación, me seduciera, y me dejara con el calentón encima.

Laura, estaba enamorada de mí desde hacia muchísimo tiempo.
¿Como no me pude dar cuenta de algo tan grande?. Tan cariñosa y gentil conmigo. Ahora entiendo muchísimas cosas, situaciones. Me había gustado el saber aquel dato. Quién sabe, a lo mejor la mujer de mi vida no es Desi .... sino Laura.

¿Porque no puedo dejar de pensar en las dos?. Oh Edward, no puedes retenerlas a tu lado. Solo una podrá entrar en tu corazón y amarlo hasta que ambos los deseemos.

Después de la escenita en el camerino, menos mal que no tuvimos otra sesión como dice Desi estilo a lo porno. Jajajajaja que chica esta, siempre haciendo reír con sus inesperadas ocurrencias.

Nos habían dando la tarde y la mañana del día siguiente libre, ya que por la noche tendríamos que desfilar en aquel desfile donde nos habían contratado. Estábamos encantados, con ansias de subirnos sobre la pasarela y desfilar ante las cámaras. Será una experiencia inolvidable.

Pero, para rematar Mikel nos invitó a su casita de lujo a pasar la tarde y cenar. Las pocas ganas que tenía yo de insistir y verle el careto a Mikel. Claro, pero ¿quién se resistiría a los morritos y carantoñas de Laura?. Ahora que sabía que me amaba, tenía que consentirla y dedicarle todo mi cariño y gratitud.


[FlashBack]


- Era Mikel - nos comentó Desi tras colgar el tfn. Se había tirado como una hora hablando, ahora entiendo las facturas que le llegaban últimamente - Nos invita esta tarde a su casa y a cenar. - Ja, que se meta la cena por donde le quepa.
- Oh, ¿iremos no? - se dirigió a mi, Laura. Intenté no mirarle ya que sus ojitos eran suplicantes y aquellos morritos era irresistibles como para decirle que no.
- No se, tengo que .... - no me dejo terminar. Sus manos agarraron las mías, volviéndome a poner aquella carita de suplica. Oh, cuanto destetaba que las chicas me hicieran aquello. ¿Cuando diría entonces que no a unas de sus peticiones?, que bien se sabían aquello.
- Anda Edward, sin ti no será lo mismo ¿si? - me lo volvió a pedir.
- Esta bien, esta bien. Tu ganas, iremos - reí ante los gritos de alegría y euforia de Laura.


[FinalFlashBack]


- A veces eres muy gracioso - baje de mis pensamientos tras escuchar la voz de Mikel que me hablaba.
- ¿Me decías? - le pregunté.
- A veces eres demasiado gracioso con tus preguntas inoportunas -
- Oh, venga Mikel. Ahora que estamos solos sin las chicas, ¿ha cuantas te has tirado? -
- Al grano Edward, nos conocemos - mostró una postura sería y desafiante en el otro lado del sofá. Mejor era ir sin rodeos y al grano.
- Que intenciones tienes con Desi - estaba claro lo que quería saber ¿no?.
- Valla, ¿ahora te interesas por ella? - disimulo una risita por lo bajo sin que se llegara a escuchar mucho.
- Respóndeme ....
- Esta bien, lo haré. Si tanto insistes. - sonrío. Le pego un sorbo a su copa de wiski. - Me gusta, o mejor .... estoy enamorado de ella.
- jajajaja no me hagas reír. Bien sabes que tu nunca has sabido amar a ninguna mujer. -
- Oh, ¿tanto sabes de mí? - me miró con cierta picardía. Si por mi fuera ya le hubiera metido un buen guantazo.
- Lo suficiente para saber que .... - me interrumpió, hablado él.
- No no no No, te estas equivocando querido Edward. Como se nota que no me conoces tanto como tu te crees. -
- Oh, por supuesto que sí - salté apretando los puños, intentando contener mis ganas de soltarle un sopapo.
- Ajam, lo que tu digas. - se levantó del sofá - Solo recuerda una cosa, Edward. Desi no es para ti. No te ama, no le das lo que yo le doy. -
- ¿Acaso te ama a ti? - me levante también.
- Por supuesto, ¿acaso lo dudabas? - río entre dientes.
- Ella puede amarte, pero ¿tu?. Tu no amas a ninguna mujer. - me giré, no podía seguir hablando de algo que me costaba hablar.
- Parece ser que aún no has cerrado aquella vieja herida, querido amigo mío -
- No soy amigo tuyo - me giré muy alterado.
- Oh Edward. Tampoco es para tanto. Yo no tuve culpa de que me amara a mí. Tienes que reconocer que perdiste en aquel tiempo, como ahora - sonrío.
- La engañaste, le hiciste daño. Nunca le amaste, solo la querías para lo mismo. La dejaste sin mi amor. Aunque me alegro que se enamorará de aquel chico de la universidad -
- Era muy buena en la cama no te lo niego - me tiré hacia él, agarrándolo de la camiseta.
- En su tiempo no tuve el valor de partirte la cara, pero ahora. -
- Ahora que, ¿me vas a partir la cara como dices? - me echo cara, no temía. - Eres demasiado cobarde para la verdad Edward. –

Le agarre con más fuerza de la camiseta, pegándole un puñetazo sobre el mentón. Ambos caímos al suelo. Nos combatimos en una pelea a golpes. Tuvimos que hacer demasiado ruido. Desi y Laura se acercaron corriendo tras escuchar nuestra voces, tirados sobre el suelo, uno encima del otro, yo me encontraba sobre Mikel. Apesar de las suplicas de las chicas, pidiendo que paráramos y hablemos como hombres formales que somos, ambos seguimos peleando.

- Edward, por favor para- me pidió casi llorando, Laura. La miré por unos instantes, con la mano alzada para arrearle otro buen puñetazo a Mikel. Dude por unos segundos, después me levante y deje las cosas tal y como estaban. Laura se abrazó a mí, dándome las gracias.
- ¿Es que se os ha ido la pelota? - escuche gritar a Desi. Fue corriendo a ayudar a Mikel. Le estaba sangrando el labio. - ¿Como podéis haber llegado a este extremo eh?. -
- Empezó él, como siempre - susurró a Mikel sin poder mover mucho el labio.
- Cállate - intenté tirarme hacia él.
- No - me paro Laura de nuevo, tirándome hacia ella - Será mejor que nos vallamos, Edward - cogió su abrigo y el mío.

Antes de salir por la puerta junto a Laura, miré a Mikel desafiante. Él me devolvió la mirada.
Esto no se iba a quedar así, por supuesto que no.

....

De vuelta al hotel, Laura no me dirigio la palabra ni tan si quiera la mirada.
¿Estaría enfadada?, supongo que sí.

- ¿Es no piensas decir nada, o mirarme al menos? - intenté agarrarle de la mano, pero ella me la soltó de repente. Sí, estaba en lo cierto. Estaba muy enfadada.

Termine de pagarle al taxista.
Camino al habitación Laura no me volvió a dirigir a hablar, ni mirar.
Oh, que poco me gustaba que fuera así conmigo.
No soportaba la idea de su ignorancia hacia mí, pero sobre todo su enfado. No quería hacerle enfadar, tenía que defenderme.

Un viaje a París - Capítulo 17.

~ Un viaje a París - Capítulo 17.


Laura, cansada de esperar y preocupada por ver que no venia, decidió ir a buscarlo, a su camerino.
Al llegar, toco un par de veces la puerta. Por más que lo intentó nadie le abrió. Estaba empezando a mosquearse y mucho.
Dudo varias veces en si entrar sin permiso o no, pero tenía que hacerlo.

- ¿Edward? – cerro tras de sí la puerta, entrando. El camerino, se dividía en dos partes no muy grandes. Una era de Mikel, y la otra de Edward. Miró primero en la de Mikel por si las moscas, pero hay no estaba. Al entrar en la de su amado, pudo encontrarse como Edward se había quedado dormido en uno de los sofás de la sala. Estaba vestido para la sesión. – Oh, pero si se quedo dormido el bebe – se acerco, sentándose. Sin mucha brusquedad, comenzó a llamarle mientras una de sus manos acariciaba su cálida mejilla. Edward, al sentir el tacto de los dedos de Laura, comenzó a despertarse. Estirándose y dedicándole una enorme sonrisa a la chica.
- Parece ser que me quede algo dormido – se estiró, incorporándose en el sofá, dedicándole una sonrisa a Laura. Ella se la devolvió.
- ¿Habéis empezado con las fotos? – miró el reloj de muñequera que llevaba en su mano derecha.
- No, por eso he venido a buscarte. Hace como media hora que te estamos esperando. – le comentó. – Anda vamos, no querrás que Luis se cabree más de lo que esta ¿no? – hizo el intentó de levantarse, pero Edward no le dejo. Tiró de ella, tropezando y cayendo sobre sus brazos.
- ¿Por qué tanta prisa?. – Laura comenzó a temblar tras sentir el aliento de Edward tan cerca de ella. Como sus manos comenzaron a adentrarse por debajo de su vestido, acariciando una de sus piernas. - ¿Nadie te ha dicho que estas realmente preciosa con este vestido? – aparto con delicadeza el pelo de su hombro, dejando sobre él pequeños dulces toques de besos.

Ambos, dejaron la sesión de fotos a un lado. Adentrándose en aquel deseo de los dos.
Edward, aún seguía con el calentón encima provocado por Desi. Necesitaba fogar y expulsar todos sus deseos de acariciar, besar. No quería aprovecharse de Laura ni muchísimo menos, pero era tan irresistible para él en varias ocasiones. Laura, se dejo llevar por todas las acaricias que sus manos les daban. Por aquellos besos tan deseados. Le encantaba que Edward la tratará de aquella manera.


….


- ¿Pero donde se han metido estos dos? – se quejo de nuevo Luis. - ¿Qué se creen que están aquí para pasar el rato? – Rafa, el fotógrafo le había dado algunos toques de atención. Estaba cansado y aparte de aquella sesión de fotos tenía otras muchas más.
- Tranquilo Luis, seguro que vienen enseguida y comenzamos con la sesión de fotos – intentó poner un poco de calma en la habitación, Mikel. ¿Pero donde estaban metidos?. No se en que estarían pensando pero podían echarnos por no cumplir con nuestro trabajo. Yo no se ellos, pero yo no me quería ver afectada por su falta de puntualidad y responsabilidad.
- Mira que te dije que no era bueno trabajar con gente aficionada– soltó de sopetón, Rafa. Iba a soltarle unas cuantas palabritas sobre lo aficionado. Mikel tuvo que verme la cara de cabreo y mis intenciones, con lo cual me paró y con una sonrisa me quiso transmitir que no valía la pena.
- Será mejor que valla a ver, no me tardo – le dirigí una mirada no muy contenta a Rafa.
- Vale, aquí te esperamos - dijo Mikel.

Me dirigí hacia el camerino de los chicos. Toque la puerta un par de veces pero nadie contestó. Decidida, entre y cerré la puerta tras de mí. Mire en la zona de Mikel pero solo halle sus cosas. Me paré por unos instantes para agarrar de su asiento donde le maquillaban y le peinaban una camiseta de él. La agarre entre mis manos para después oler aquel aroma que desprendía tan rico. MmmM. ¿Por qué tenía que dudar entre dos chicos que me volvían prácticamente loca?. Por un lado estaba Edward, que a pesar de su desfachatez por intentar algo conmigo y con Laura, no podía resistirme a esos besos y caricias tan deseadas. Él sabía como hacer que me estremeciera de placer, como hacerme sufrir con tan solo una palabra susurrada de sus hermosos labios. Pero también estaba Mikel, aquel chico pícaro y misterioso que tanto me llamaba la atención y a la vez me gustaba. Él no era tan desenfrenado como Edward, o eso pensaba. Sí, había reconocido que se había enamorado de mí y que me deseaba tener entre sus brazos. Había aceptado esperarme y seguir conociéndonos un poquito más. Joder, que lío. Podría a ver seguido con mi debate entre saber por quién estaría realmente enamorada, pero un sonido salía del baño del lado del camerino de Edward. ¿Era yo o había escuchado un leve gemido?.
Deje la camisa de Mikel de nuevo sobre el asiento. Ande hasta la zona del baño de Edward, parándome frente a la puerta. Dude por unos segundos pero tenía que comprobar mis tales sospechas. Me incline hacia la puerta, posándome sobre ella para poder escuchar con claridad.



‘’Eres tan perfecta, única’’.
‘’Tú si que eres perfecto’’.


Mis dudas había sido resueltas.
Con mucho sigilo, torcí el pómulo de la puerta para después abrir y dejar por sorprendidos a la parejita de salidos sin sentido.

- ¿Desi? – me preguntó Laura extrañada. Ninguno de los dos se esperaba que los pillará de aquella forma. Edward, sentado encima del inodoro, llevaba la camisa desabrochada y los pantalones aun en su sitio. Laura, se encontraba sentada sobre sus piernas, solo que el traje que llevaba momentos antes puesto ya no lo llevaba, solo le quedaba los tacones y la ropa interior que protegía sus zonas íntimas.
- Disculpen, Servicio de habitaciones. No era mi intención el interrumpir tal escenita, pero cierto representante y fotógrafo anda preguntando por vosotros y con humo saliendo de su cabeza. ¿Podrían hacer el favor de dejar estas cosas para los ratos libres y sentar un poco la cabeza y ponernos todos a trabajar? - empecé hablando muy leve para acabar con un tono más alto y un tanto alterado. Ambos, aun en la misma postura me miraban. Laura no sabía que decir ante mi actitud, pude ver como sus mejillas comenzaban a ponerse mucho más coloradas de lo que ya estaban. Edward dibujo sobre sus labios una sonrisa pícara y divertida.
- Tampoco es para que te pongas así Desi, tan solo estábamos liberando tensiones ante de la sesión de fotos. ¿Verdad amor? – se dirigió a Laura. Esta le miró y se puso mucho más colorada.
- Edward por favor no sigas – agarro su vestido y salió del baño. – 5 minutos y enseguida me encuentro con vosotros. – salió hacia el camerino de las chicas, dejándome a solas con Edward.
- ¿Nunca cambiarás verdad? – me dirigí a Edward. Ambos salimos del baño.
- No tengo yo culpa de que anoche me dejarás con el calentón encima – me acorralo entre la pared y su cuerpo. Poso una de sus manos sobre la pared, inclinándose hacia mí y hablándome muy cerca.
- Te lo merecías – intenté salir de aquel acorralo pero Edward me detuvo.
- ¿Por qué?, aún no entiendo porque lo hiciste – preguntó. ¿Tenía que decirle el porque o dejarlo aún con la intriga?.
- Simplemente tomate esto como un regalo de cumpleaños adelantado, de algo que no tendrás nunca – me dirigí a salir por la puerta. Edward la cerro del golpe. Me agarro de la cintura pegándome mucho más a su cuerpo. Con brusquedad, me apoyo de nuevo sobre la pared.
- No te pienso dejar salir de aquí hasta que no me digas el porque de tu actitud – me soltó con dureza. Intenté soltarme pero él tenía muchísimas más fuerza que yo. En eso me ganaba y con demasiados puntos a su favor.
- Esta bien, si así realmente lo quieres – hice una pequeña pausa, antes de seguir con todo aquello. - ¿Acaso te creías que no me iba a dar cuenta?. ¿Te crees que caerías en tu redes y sería otra chica más de las tantas?. Lo de anoche fue una simple muestra de lo que nunca tendrás entre tus brazos. Oh Edward, pensaba que éramos amigos de verdad – lo había soltado todo tan deprisa que ni si quiera me había parado a ver la expresión del rostro de Edward. Estaba extrañado y sin saber que decir. Intentaba pensar y encajar todo lo que le había dicho segundos antes pero no le encajaba ninguna pieza de aquel puzzle totalmente desarmado para él.
- No… no te entiendo – enredo sus dedos entre su pelo, intentando pensar y todavía sin entender nada.
-‘’No sabes lo que sentí cuando Edward me quito el sujetador y lo tiró al suelo’’. ‘’Sus besos sobre mi cuerpo’’. ‘’Sus caricias y jadeos ante tanta excitación junta’’. ‘’Como disfrutaba con verme sufrir’’ ‘’ Me vuelves loco Desi’’ – le cite aquellas palabras que el día de antes Laura me contaba con ilusión. Sin saber como la persona a la que tanto amaba estaba disfrutando con las dos. - ¿Tienes alguna otra duda cariño? – le pregunté con retintín.
- Un momento, yo no he dicho todo eso …. Aparte de lo último. –
- No, claro que tu no has dicho todo eso. – a veces me daba ganas de arrearle un cocotazo.
- ¿Entonces?, no estoy entendiendo nada. –
- Fue Laura, Edward. – observé como pasó de estar confuso a sorprendido por mis palabras. – Todo esto me lo dijo Laura, después de que tu te fueras a tu habitación a ducharte y prepararte para cenar después con nosotras – baje la mirada, intentando contener aquellas lágrimas llenas de rabia.

- To… todo eso ¿te lo ha dicho Laura? - dibujo una sonrisa pícara entre sus labios. Intenté no hacerlo pero me fue imposible aguantar aquellas inmensas ganas de arrearle una bofetada. Sorprendido, y con una de sus manos sobre su mejilla ahora totalmente colorada me miró.
- ¿Es que no entiendes nada?. No solamente estas disfrutando conmigo, sino con los sentimientos de Laura y …. – me quede callada de repente. Oh no, había dicho ¿sentimientos?. Edward no sabía nada de aquellos sentimientos de Laura hacia él. Me comento que sería ella quién se llegará a declarar algún día, solo estaba esperando el momento. Había metido la pata.
- Espera – intentó analizar cada una de mis palabras - ¿has dicho sus sentimientos? – preguntó. Me era difícil el contestarle ahora con claridad. No sabía ni por donde empezar, o si quiera contestar a su pregunta. – Oh Desi, contéstame – me sacudió.
- No no no no – repetí varias veces separándome de sus brazos que ahora me sujetaban con fuerza – No soy quién para contestar ni hablar de ese tema – me froté los brazos. Estaba nerviosa y con ganas de salir de allí.
- Ah no, de aquí no nos movemos hasta que no me cuentes con claridad eso de los sentimientos de Laura. – lo dijo muy cortante. Estaba claro que si no hablaba de hay no nos íbamos a mover, y que Luis y Rafa se cabrearían muchísimo más.
- Esta bien – suspiré – Pero promete que no le dirás nada de esto a Laura ¿de acuerdo? – asintió. – Hace un largo tiempo atrás que Laura esta enamorada de ti –
- ¿Enamorada? ¿de mi? – su cara lo decía todo. Estaba asombrado, confuso.
- Sí. Y no me hagas más preguntas ¿si?. No soy quién para responderte. –
- Esta bien, pero antes contéstame a una última pregunta – iba a hablar pero se adelanto lanzándome la pregunta. - ¿Desde cuando hace que esta enamorada de mi? – observé como sus mejillas tomaron un color colorado, tímido. ¿Le estaba dando vergüenza?.
- Desde hace unos 5 años. La tienes bastante lockita por tus huesos, Edward – me dirigí hacia la puerta. - ¿Nos vamos?. No tengo ganas de escuchar a Luis y a ese fotógrafo de pacotilla. Edward asintió.

sábado, 2 de enero de 2010

Un viaje a París - Capítulo 16.

~ Un viaje a París - Capítulo 16.


En un principio se extraño pero sonrió al ver que la que tenía ganas de hacerle sufrir era yo. Ahora sobre encima de él, mis manos comenzaron a acariciar su torso, bajando hasta el principio de su pantalón. En cuestión de nada pude quitarle aquellos pantalones que de nada le servían ahora puestos. Mis labios rozaron su vientre, dejando sobre él pequeños toques de besos. Edward suspiró e intentó no gemir con fuerza. Oh, pues eso era lo que prendía. Quería hacerle sufrir del placer y que gimiera con mi nombre entre sus labios. Que me deseara solo a mí. Comencé a subir por su torso hasta llegar a sus labios y pararme hay por unos segundos. Me encontraba inclinada frente a Edward. Una de mis manos y parte del brazo se enredaban en su pelo. La otra, comenzó a bajar por su cuerpo para llegar hasta su zona intima. MmmM, era hora de que sufriera de verdad. Mis dedos se deslizaron hasta la única prenda que le quedaba, sus calzoncillos.
- Desire – escuche decir mi nombre completo en los labios de Edward. Alce la vista para contemplarlo unos segundos. Su rostro lo decía todo. Estaba haciendo el fuerte por no gemir y hacerme suya allí mismo.
Tras sonreír, volví a la parte más deseosa de Edward.
Mis dedos ya andaban entreteniéndose con su miembro. Primero lo acariciaba con dulzura, para después apretujarlo y escuchar un pequeño alarido de Edward.
- Como sigas así no …. – pose mis labios sobre los suyos, interrumpiéndole. No quería que hablará, sino que disfrutará por algo que no iba a tener.
- No digas nada amor, ¿es que acaso no te gusta sentir mi tacto sobre tu piel? – presione más mis dedos sobre su miembro. Edward, se agarró de mi brazos, apretándome, intentando no gemir y tirarse sobre mí como un león desesperado por cazar a su amada leona.
- ¿Por qué haces esto? – me preguntó en un suspiró. Apenas podía articular palabra. Estaba tan excitado por mis actos que no sabía como reaccionar.
- Me he dado cuenta de que lo eres todo para mí – le susurre muy cerca – Oh Edward. Si supieras lo cachonda que me pones cuando te noto tan cerca. Tus besos y caricias me hacen enloquecer – le peque un pequeño mordisquito en la oreja. Edward gimió con fuerza perdiendo casi el control de aquel desatado y deseoso placer.

Hizo el intentó de ahora tomar el las riendas pero lo detuve.
Me eche sobre él, dejando sobre sus labios un tierno y hasta luego beso.
Me levanté, me miré al espejo. No quería salir con a saber que pintas por el pasillo, ¿Qué pasa si me encontraba a algún sexy empleado del hotel?.
Edward no se podía creer lo que estaba pasando. Despatarrado sobre la cama, me miraba sin entender exactamente el porque de mi actitud. Estaba confuso y excitadísimo.

- Desi – me llamó. Me giré para observarle mejor. - ¿Te vas? – preguntó desconcertado.
- Sí. No se, me estaba empezando a aburrir. ¿tu no? –
- Oh Desi, como quieres que me aburra con todo lo que has hecho. ¿Es que no lo ves?, ¿no ves como estoy? – note una cierta desesperación en el tono de su voz. Como me gustaba aquello.
- ¿Cómo estas?. Yo te veo perfectamente y bastante sexy – me dirigí a la puerta, ante me acerque a Edward para darle un tierno y deseoso beso sobre los labios. Volviéndolo a dejar más desconcertado y extrañado que antes. Tras despedirme, salí de su habitación cerrando la puerta tras de sí.

….

Había sido una noche triunfal.
Tumbada sobre mi cama, no podía dejar de recordar como Edward sufría y se desesperaba por sentir mis besos y mis caricias sobre su cuerpo. Como lo deje a medias y con todo el calentón encima. Reí ante mi victoria.

- ¿Se puede saber a que se debe esa risa? – preguntó Laura. Acaba de salir del baño.
- He tenido un sueño fantástico –
- MmmM, ¿puede ser el causante de esa alegría Mikel? –
- Puede – me dirigí al baño para darme una ducha.

Después de una noche larga y demasiado calurosa por así decirlo, una refrescante ducha no sentaba nada mal. Hoy, teníamos otra sesión de fotos. Solo esperaba que no fuera como las que hacíamos últimamente. Tras ducharme, arreglarme y retocarme en el espejo. Me gustaba salir perfecta a la calle. Nos dirigimos hacia la cafetería del hotel. Edward, ya se encontraba allí. Solo, sentado en una de las mesas, removiendo con la cucharilla su café con leche. Tras sentir nuestras risas, no dudo en girar su vista hacia nosotras. Una sonrisa triunfadora para Laura, y para mí una sonrisa rencorosa.

- Buenos días, preciosas damas. ¿Habéis dormido bien esta noche? – preguntó irónicamente. Intenté disimular cogiendo la carta de los desayunos.
- Sí, ¿te pasa algo cariño? – intenté no reír por la pregunta de Laura. ¿Qué si le pasaba algo?, seguro que aun llevaba el calentón encima. Se lo merecía.
- No, no te preocupes cariño – ‘’No te preocupes cariño’’. Oh, cuanto me repateaba aquella actitud suya. Sabía que lo hacía para joderme, aún no me creo que sienta nada por ella.
- No tienes buena cara –
- Oh, es solo que no he podido dormir muy bien esta noche. –

De camino al estudio, Edward no volvió a dirigir ni una sola palabra, mientras que Laura y yo no dejamos de hablar en ningún solo momento. Se le notaba que estaba cansado. Tenía ojeras y los ojitos se le cerraban a causa del sueño.

Al llegar al estudio, Luis junto a Mikel ya nos estaban esperando. Rápidamente, me acerque a Mikel para saludarle. Él lo hizo con una de sus maravillosas sonrisas.

- ¿Lista para otra sesión de fotos a lo porno? – río Mikel. Poso una de sus manos sobre mi cintura.
- ¿Qué?, no me digas que hoy también nos toca otra sesión …. – paré, sin terminar la frase. Mikel se estaba conteniendo para no reírse a carcajadas.
- Que no bonita mía, hoy estaremos muy vestiditos –
- Uf, menos mal. Pensé que me acabaría acostumbrando a las fotos porno – reímos ambos por mi comentario.

La sesión de fotos era para una marca de ropa de gala.
Grandes trajes, zapatos y complementes se hallaban alrededor de nuestro vestuario.
Mi cara, y la de mi amiga era todo un caso.
¿Cuánto costaría ponerse un traje de estos?. Una fortuna sin dudarlo.

Mi vestido era precioso, elegantísimo. Era de un color negro, ajustado al cuerpo hasta la altura de las rodillas. Desde hay, se habría en un pequeño volante. Dejando una pequeña cola atrás, casi cubriendo los zapatos. Era de palabra de honor y con un gran escote. No tendría que ser yo quién lo dijera, pero me quedaba divino. Los zapatos era de un color plata, muy elegante también. Aparte, el collar, las pulseras, pendientes y demás complementos iban a juego con los zapatos. Para el pelo, me pusieron una cola alta. El flequillo lo llevaba hacia un lado en forma de rizo. Me miré al espejo por unos segundos, no parecía ni yo.

- Oh Desi, estas preciosa – exclamó Laura sentada delante del tocador. Le estaban terminando de retocar el maquillaje.
- Gracias, tu tampoco te quedas atrás eh cariño. Estas guapísima – y así era. Laura, llevaba un vestido color fucsia. Era también de palabra de honor, y no tan pegado al cuerpo. Era más suelto y con menos cola que la mía. Sus zapatos iban en un tono morado no muy chillón, al igual que los complementos. Llevaba el pelo suelto con un toque de rizos muy coqueto. Estaba realmente preciosa.
- Anda, ya será para menos –
- De verdad, lo digo en serio amor. Estás preciosa.-

En la sala fotográfica. Rafa, se encontraba preparando la cámara.
Luis hablaba por tfn, mientras que Mikel charlaba con su representante.
Miré varias veces por la sala pero no encontré a Edward por ningún lado.
¿Dónde se habría metido?.

- ¿Desi? – escuché pronunciar mi nombre. Me giré, era Mikel. Estaba de espaldas a mí con la boca y los ojos abiertos de par en par.
- ¿Quieres dejar de mirarme así?. Vas a acabar poniéndome colorada de la vergüenza – baje la mirada al suelo. Mikel se acerco hasta mí, levantándome la barbilla. Poniendo mi mirada frente a la suya.
- Lo siento, pero no puedo dejar de mirarte. Estas guapísima, nunca había visto tanta belleza acumulada en un mismo lugar. – me sonrojé ante sus palabras.
- Gracias, tú también estas muy guapo. Demasiado diría yo – Mikel, llevaba un pantalón negro ajustado de vestir, con una camisa del mismo color pero algo transparente, dejando ver su torso y parte de su musculoso cuerpo. Los zapatos iban a juego con la ropa, y eran bastante elegantes. El pelo lo llevaba a lo estilo punta alborotado. Así, le daba un cierto aire seductor y pícaro.
- Oh, gracias, al final me vas a sacar los colores. Preciosa – me guiño un ojo.

Estuvimos esperando por unos cuantos minutos más a Edward pero nada que apareció.

Un viaje a París - Capítulo 15.

~ Un viaje a París - Capítulo 15.


Ni quererlo ni aun pensándolo, ambos nos habíamos dejado llevar por el momento. Oh, como me encantaba sentir su labios sobre los míos. Sentir que esos besos eran solo míos, y de nadie más. Mis brazos se abrazaron a su cuello, a la vez que mis manos se enredaban en su alborotado pelo. Sus manos que se encontraban amarrando mi cintura, comenzaron a bajar por dentro de mi pantalón. Llegando a una de mis zonas más intimas. No lo pude evitar. Gemí dentro de sus labios, al sentir sus manos en aquella zona. Edward disimuló una sonrisa triunfal ante su acto, le encantaba hacerme sufrir de aquella manera tan desesperante.

- Me vuelves loco Desi – se separó de mis labios para susurrar muy bajito y cerca de mí.

Sonreí al escuchar aquellas palabras salir de su boca.
Podíamos haber seguido con aquello que ambos habíamos comenzado sin pensarlo, pero Laura apareció por la habitación llamándonos.

- ¿Edward? ¿Desi? – nos separamos al instante tras escuchar su voz. Edward se puso bien la ropa y suspiró un par de veces antes de hablar. Yo me giré, apoyándome de nuevo sobre la barandilla e intentar disimular aquel calentón que llevaba encima.


….


Habíamos quedado para cenar sobre las 21:00 en el hall del hotel.
Edward, se había marchado a su habitación a pegarse una ducha después de nuestra interrumpida escena no descubierta. Aún me hace gracia recordar cuando Laura entro en el balcón. Edward estaba todo colorado y Laura no paraba de hacerle preguntas. ‘’¿Te encuentras bien?’’. ‘’Oh si, solo que me he pillado momentos antes al salir del baño mi ….. con la cremallera’’. Intenté no reírme pero era difícil de aguantarse. Pude ver por el rabillo del ojo como Edward me mandaba una mirada desafiadora.

- Cuéntame – baje de mis pensamientos al escuchar hablar a Laura. - ¿Qué tal con Mikel?. – se dibujo una sonrisa pícara sobre sus labios. Oh, no iba a parar hasta sonsacármelo todo.
- Bien, normal – no quise entrar tampoco en muchos detalles.
- ¿Paso algo entre vosotros?, es decir, ¿hubo acercamiento?, ¿tocamiento? – por favor cuantas preguntas juntas en tan solo un momento.
- Definitivamente el pasar tanto tiempo con Edward ha hecho que se te valla a ti también la pelota jajajaja – reí. Laura bufo entre dientes. – No, no paso nada de lo que tu cabecita alocada se esta imaginando. Somos amigos, y nada más. – realmente así era todo.
- Que sosos, ya podía ser Mikel como Edward – se echo en la cama con una sonrisa triunfal sobre sus labios. ¿A que se estaba refiriendo?.
- No te sigo, explícate – le pedí. Laura, se sentó derecha sobre la cama. Comenzó a contarme con todo lujo y detalles aquella escena horas antes entre ella y Edward en la habitación. Pude sentir un gran dolor en el pecho. ‘’No sabes lo que sentí cuando Edward me quito el sujetador y lo tiró al suelo’’. ‘’Sus besos sobre mi cuerpo’’. ‘’Sus caricias y jadeos ante tanta excitación junta’’. ‘’Como disfrutaba con verme sufrir’’. Todas aquellas palabras resonaban en mi cabeza. Intentaba el no imaginarme aquella frases con su respectivas escenas, pero era inevitable el no poder hacerlo. No podía imaginarme a Edward siendo de Laura. Sus besos perteneciendo a ella. Sus manos acariciando su cuerpo y sus labios besando cada rincón de este.
No podía, o no quería creerme todo aquello. Sentí como las lágrimas se preparaban al principio de mis ojos para querer ser derramadas. Momentos antes yo había sido dueña de esos besos y caricias, me había echo sentir enloquecer y sufrir del deseo. Me susurro que le estaba volviendo loco. ¿Es que acaso no le bastaba conmigo?. ¿Por qué ella?. Tuve las ganas de arrearle un puñetazo a alguien, al mismo Edward si hubiera echo falta. Se iba a enterar. Lo peor de todo es que Edward llevaba razón, estaba completamente celosa.

Tras terminarnos de retocar, bajamos al hall.
Edward nos estaba esperando. Me fui imposible el no suspirar al verlo tan guapo, Se había arreglado para bajar a cenar. Llevaba un pantalón informa vaquero oscuro, una camiseta de tirantes negra y una chaquetilla informal pero bastante sexy para mi parecer, con sus deportivas conjuntadas con el color de la camiseta. Su pelo estaba alborotado, como siempre lo llevaba.

- ¿Pero que guapas bajáis para cenar no?. – nos preguntó con aquella sonrisa pícara y torcida dibujada en sus labios.
- ¿y tu?, no te quedas atrás guapote – le dio un beso sobre la mejilla. Edward sonrió, sin dejar de apartar su vista de mí. Intenté no mostrar mi cara de enfado, tenía que disimular.
- Oh, gracias – le sonrío.
- Pero que geta tiene – murmure para que no me oyeran, pero Edward parecía que tenía el oído demasiado fino. –
- ¿Decías? – posó un de sus manos por mi cintura, al igual que por la de Laura. Intenté no arrearle una guasca y dejarlo totalmente calvo.
- Que qué hambre, ¿no? – mentí.. Edward y Laura me sonrieron asintiendo.

La cena fue transcurriendo de una manera agradable y a la vez un tanto sofocante. Laura, no dejaba de mirar a Edward y de hacerle cucamonas. Lo intentaba disimular pero se le notaba un huevo. Él, no dejaba de mirarme a mi aparte de a Laura también. Sus manos de vez en cuando se posaban sobre mi pierna y subían hacia mi zona más intima buscando juerga y ganas de marcha. Ja, que esperase. Yo, intentaba no mirarle o evitar sus tocamientos, cosa que era bastante difícil, parecía un pulpo con tantos dedos por hay abajo.

Al acabar de cenar, nos despedimos de Edward. Nos dirigimos hacia la habitación, supuestamente para así dormir, aunque en este caso yo no lo haría.
Había pasado como una hora desde que nos acostamos. Sin hacer demasiado ruido, me giré observando como Laura dormía a pierna suelta. Este era mi momento. Abrí el cajón de mi mesita de noche y saque un conjunto muy sexy. Me metí en el baño y me preparé. El conjunto era de un color rosita. Me quedaba perfecto. Seguro que a Edward le encantará. Deje escapar una risilla graciosa. Me retoque un poco el maquillaje, no mucho. El pelo, y lista, salí de la habitación camino a la de Edward.

Toque varias veces. Edward se encontraría durmiendo.
Volví a insistir hasta que la puerta abrió, dejando ver a un Edward totalmente sorprendido por encontrarme allí. Llevaba tan solo el pantalón del pijama, el torso lo llevaba al descubierto. Un punto a mi favor, así me resultaría más rápido y fácil el desnudarle.

- ¿Desi? – se frotó los ojos. A lo mejor se creía que estaba soñando - ¿Qué estas haciendo aquí?, y ¿así vestida?. – le sonreí. Pose un dedo sobre su torso y comencé a dibujar círculos, llegando al principio de sus pantalones del pijama.
- ¿Es que acaso no puedo venir a verte? – me mordí el labio, e intenté no reírme por las caras que Edward estaba poniendo.
- No, digo sí. Claro, puedes venir siempre que quieras …. pero no entiendo nada – se llevo una de sus manos a la cabeza, frotándose el pelo. Me acerque, alcanzando sus labios para rozarlos primero y después besarlos. Al principio, Edward se extraño de mi acto. Pero, no hizo el intento de separarse. Todo estaba dando resultado.
- ¿Necesitas más?, o con eso ya tienes suficiente para entender – me apoye sobre el marco de la puerta. Edward sonrió, dibujando sobre sus labios aquella sonrisa pícara y divertida que tanto estaba esperando. Parece que le había quedado claro por donde iba la cosa.
- Con que, ¿tienes ganas de juerga no? – me agarro de la cintura, atrayéndome hacia su cuerpo. Nos adentramos en la habitación, cerrando la puerta tras entrar. Ahora si es verdad que estábamos solos y en la intimidad. Era hora de poner en práctica mis técnicas de seducción. – Estas echa toda una fiera – me apoyó sobre la pared, rozando mis labios. Besándolos.

Preferí no hablar y comenzar con mi plan trazado.
Me abrace al cuello de Edward, llegando a sus labios y poder besarlos. Mis besos eran deseosos y estaban desesperados por unirse con los de él. Mis manos se enredaban en su pelo. Pude sentir como comenzaba a suspirar de la desesperación. Sus manos comenzaron a bajar por mi cintura, cogiéndome en brazos para llevarme hasta su cama donde allí me tumbo. Todo lo hacía con delicadeza. Ja, si supiera que en ese momento la delicadeza no existía para ambos, o por lo menos y en este caso para mí. Sus labios fueron rozando mi cuerpo, cuello, hombros, brazos, pecho, vientre, piernas. Me estaba volviendo loca con tan solo sentir el tacto de la piel de sus labios contra la mía. No podía permitir que él saliera ganando en todo esto, tenía que ponerme las pilas y empezar a hacerle sufrir. Justo, cuando iba a empezar a besar mi zona intima, lo paré.


~ Continuará.