miércoles, 20 de enero de 2010

Un viaje a París - Capítulo 21.

~ Un viaje a París - Capítulo 21.

Mis labios, se unieron a los suyos. Primero los roce para después surcarlos con mi lengua, así sintiendo la suya.
Laura, se abrazo a mi cuello. Sus dedos, se enredaban en mi pelo totalmente alborotado. Mis manos, bajaron hasta su cintura. Sus piernas se entrelazaron en mi cintura. La cogí en brazos. La tumbe sobre el frío suelo de la habitación. Se excito tras sentir el frío sobre su piel. Me incline hacia ella, para seguir disfrutando de sus labios. Acaricié cada rincón de su cuerpo. Estaba helada, tiritaba ante la excitación y el frío. Mis labios, comenzaron a bajar por su cuello, por sus hombros para seguir por su pecho y bajar hasta su vientre. Laura, tiro de mi pelo. Estaba que explotaba del placer.
Era una gozada tenerla delante de mí tan excitada del placer ante mis besos y mi lengua surcando su cuerpo.

- Edward - susurró mi nombre. La miré. - Haz lo que tengas que hacer pero hazlo ya .... - me suplicó de nuevo en un susurro.
- Tranquila pequeña - baje hasta su zona íntima. Aún tenía aquel fino tanga. Tenía que deshacerme de aquella inoportuna prenda. - Todo en su debido momento - concluí. Laura gimió al sentir mis labios sobre su vagina aun cubierta.
- Edward Cull.... - ni le deje terminar decir mi nombre y apellido completo. Mis labios taparon los suyos con un deseoso beso.
- Me vuelves loco, Laura - le susurré.

Seguir acariciando cada rincón de su cuerpo. Sus labios seguían mezclado con los míos en un inmenso placer y deseo. Baje hasta su tanga. Me entrtuve primero con el hilo de este, luego comencé a bajar sin mucha brusquedad. Laura, se encogió entre mis brazos. Gimió, luego me susurro ....

- Te amo, Edward - me incorporé de repente ante la sorpresa de sus palabras. Laura, al darse cuenta también de sus palabras, se incorporó. - Edward, yo .... no - Iba a responderle pero justo en ese momento tocaron la puerta. Era los masajistas. Parecía que el tiempo no había corrido tan deprisa para nosotros, había pasado exactamente una hora y media. Laura, se puso de pie y se volvió a tumbar sobre la camilla. Estaba colorada y no me miró en todo el rato en que los masajistas terminaron de darnos el masaje. Ahora sabía que en verdad me amaba, me lo había dicho.

[Desde los pensamientos de Edward]

....

- ¿Que tal me queda? - dijo Mikel, saliendo de uno de los probadores de la tienda. Se había probado unos pantalones vaqueros ajustados con una camiseta un tanto sexy. Era negra con pequeña roturas -
- Perfecto, estas guapísimo -
- ¿Si?, ¿no se me marcan mucho el paquete con este pantalón? - me preguntó tan a la ligera como si nada.
- No se, yo te los veo bien. ¿Te marcan lo justo no? - joder que preguntas me hacía.
- Si yo creo que sí. - se miró de nuevo en el espejo del provador. - Por cierto, ¿porque no te pruebas ese conjunto que tanto te ha gustado? - me miro pícaramente. Arquee la ceja por unos instantes.
- ¿Que? - dijo sin entender mi cara de expresión ante su pregunta.
- Nada, será mejor que te cambies y paguemos esto. - le cerré la cortina del probador. Mikel río y se cambio en cuestión de nada.

Pagamos y salimos hacia en busca de su deportivo.

- Ve abriendo tu, enseguida vuelvo – me dio la llaves de su coche.
- ¿A dónde vas? –
- Se me ha olvidado comprar una cosa, no me tardo nada.
- ¿Más compras?, pero Mikel …. Si te has llevado prácticamente la tienda entera – comencé a reír al igual que Mikel.
- No es para mí …. – se fue, dejándome con la palabra en la boca. ¿Cómo que no era para él?.

Había pasado un rato agradable de compras con Mikel. Ni si quiera me había fijado en la hora que era. Oh, las 8 de la tarde. Se me había echo demasiado tarde. Ya tenía que estar en el lugar donde haríamos el desfile. No me daba tiempo a ir primero al Hotel. En cuanto Mikel llego al coche con una bolsa un tanto misteriosa, nos dirigimos directamente hacia el lugar del desfile.

Tuvimos que entrar por la puerta de atrás, enseñar mi carnet para poder entrar. Mikel, aparcó en el Parking.

- ¿No entras dentro? – pregunté. Mikel se había dejado caer en su deportivo.
- No, entraré por la puerta principal para ver el desfile –
- Pero, yo puedo entrarte sin ningún problema. De la otra manera tendrás mucha cola, anda ven – insistí, le tiré del brazo pero nada sirvió.
- No en serio, prefiero entrar por la puerta. Ya sabes, no tengo muchas ganas de encontrarme con Edward. –
- Esta bien, siendo así. Luego nos vemos entonces, ¿vale? – le di un beso en la mejilla. Mikel antes de irme me cogió del brazo.
- Espera, antes quiero darte algo – saco del coche una bolsa, y me la dio.
- ¿Esto es para mí? – asintió.
- Ábrelo –
Comencé a abrir el pequeño paquete que había dentro de la bolsa. Estaba nerviosa, ¿Qué sería?.
Al principio, no atine con el fiso y tuve que romper el papel. Me encontré, con una pequeña cajita de un color plateado brillante. Al abrirla, mi cara de intriga se convirtió en sorpresa.
- Oh Mikel, es precioso –
- ¿En serio?, ¿Te gusta? – preguntó con una enorme sonrisa. Le había encantado sin ninguna duda mi expresión de alegría y sorpresa al ver su regalo. Mikel, me había regalado una pulsera de plata.
- Me encanta, no …. Tenías que haberte molestado –
- Sabes que para mí no es ninguna molestia, además es la única manera de que entiendas que te amo – cogió la pulsera, luego mi muñeca y la ajusto. – Te queda preciosa. - sonreí. No tenía palabras para describir aquel momento y aquello. Simplemente me tiré a sus brazos y le abrace. Mikel, prefirió agarrarme de la barbilla y besarme. Aquel beso que me hizo flotar.
- Mikel …. –
- Será mejor que te vallas, ¿no querrás que te echen una bronca por llegar tarde no? – arqueó una ceja. Reí.
- No claro que no. Luego nos vemos. –

Dentro, Edward y Laura ya se encontraba desde hacía bastante rato. Estaban en sus respectivos camerinos. Edward, se terminaba de probar la ropa para ultimar algún que otro detalle. Laura, se encontraba en maquillaje y peluquería. Estaba quedando radiante. Corriendo, me dirigí hacia mi camerino. Luis, me esperaba dentro. Su cara no mostraba mucho agrado la verdad.

- Lo se, llego tarde. Sorry – dejé el bolso sobre la mesa.
- Tienes 5 minutos para irte a maquillaje y peluquería –
- Sí –
- No te tarde más de los que has tardado – cerro de un portazo.
- Lo que usted diga – me dirigí hacia donde me había mandado.

Laura, se encontraba aun allí. Ya estaba maquillada y casi terminada de peinar. Le estaban dando algún que otro retoque. Estaba preciosa, radiante.
- Siento llegar tarde chicas – me disculpé ante la gente.
- Mira a quién tenemos aquí, si es la desaparecida –
- Hola a ti también – sonreí.
- ¿Dónde has estado?. Edward y yo no hemos parado de llamarte y de mandarte mensajes – Oh, se me había olvidado por completo encender de nuevo el tfn.
- Lo siento, se me olvidó. –
- Chicas, tenéis 25 minutos para terminaros del todo – dijo Luis, sin entrar dentro.
- Has estado con Mikel, ¿Verdad? –
- ¿Cómo lo sabes? – me eche sobre el asiento. La maquilladora comenzó a dejarme como una princesa. O eso quería parecer en esta noche.
- Intuición femenina, sabía que estarías con él. – río pícaramente, al igual que yo ya que no sabía que decir.
- Pues si he estado todo este tiempo con él, y no me preguntes más porque no te pienso contar nada –
- ¿Qué?, eh no se vale – – se cruzó de brazos. Yo reír pero igualmente pase de ella y sus insistencias en saber.

Más tarde, Laura se marchó hacia fuera. Luis tenía que hablar con ella ya que estrenaría el desfile. Edward se reunió más tarde. Poco después cuando me terminaron, me uní yo.

- Oh Desi, estas guapísima - exclamó.
- Gracias, aunque tu me ganas. Estas bellísima -
- Hay estoy totalmente contigo - saltó Edward para mi asombro.
- Edward - le dio un pequeño codazo Laura. Este, se encogió de hombros.
- Que, ¿acaso no digo la verdad o que? -

Laura, paso de sus palabras y se dirigió de nuevo al camerino.
Ahora, Edward y yo nos encontrábamos solos detrás del escenario.

- Dime, ¿donde has estado?. -
- Eso a ti no creo que te importe - hice el intentó de irme. Edward me cogió del brazo, tirando hacia él.
- Oh, yo creo que sí. -
- Suéltame, me estas lastimando - intenté soltarme pero no pude.
- Esta bien, mi intención no es hacerte daño - sonrió.

....

[ Desde los pensamientos de Edward ]

Mi intención no era el lastimarla ni mucho menos.
En todo el día hasta ahora no había sabido de ella, estaba preocupada y enfadado.
Seguramente habría estado con Mikel, cosa que hace que me repatee entero.
Aparte, aun seguía confundido. Si tanto sabía ese amor que Laura sentía por mi, ¿porque me sentía tan confuso?.
Tenía que hablar con Desi, pedirle una disculpad por mi comportamiento.
Me encamine hacia el camerino donde se encontraban las chicas. Para mi asombro y alegría, la puerta se encontraba entre abierta. Me incliné para poder escuchar algo mejor, Laura y Desi se encontraban hablando de como no .... Mikel.

- ¿Y porque no ha entrado contigo? -
- Prefería entrar por la puerta principal y ver el desfile. No si ya estará en la cola, creo que se iba a esperar un poco en el parking hasta que la cola fuera desapareciendo -
- Oh, que mono él -
- Sí, lo es.

¿Con que el señorito Mikel estaba esperando aun fuera?, interesante.
No quise interrumpirlas, tenía mejores cosas que hacer. Mi disculpad con Desi podía esperar. Aun quedaba como media hora para que el desfile empezará. Decidí dar una vuelta por el parking.

A fuera, Mikel se encontraba andando sin rumbo. Sin duda, estaba esperando a que la cola fuera cediendo de gente. Típico de él. Desde siempre nunca le había gustado los agobios y estar metido entre la gente esperando. No se me vio o noto escucho mis pasos, rápidamente se giro hacia mí. Su cara de alegría esperando a que fuera su amada Desi, se convirtió en desagrado.

- Hola Mikel - le salude con una cierta ironía.
- Que estas haciendo aquí .... -
- Bueno, aun no empieza el desfile. Quise salir a sentir el aire fresco de la noche y mira con quién me he encontrado, con un tipo bastante desagradable. -
- Habla más por ti. - se encaró hacia mí. - Que pasa, ¿no te basto el guantazo que te metí el otro día que tienes ganas de más ? -
- A mi no me vaciles, Mikel -
- A mi tampoco querido amigo - dijo con una sonrisa.
- Esta bien, seré claro. ¿Te has dado cuenta de que Desi ya no te ama? -
- Fíjate que te equivocas - le miré extrañado. - Desi corresponde a mi amor. -
- No me hagas reír Mikel -
- ¿No me crees? - preguntó.
- Oh, por supuesto que no. Sabes que nunca volveré a confiar en ti -
- Muy bien, cuando el señorito pueda .... fíjate en la muñeca derecha de Desi - me dio cierta información.
- Que pasa con su muñeca -
- Tu fíjate, hay te darás cuenta que ella correspondió a mi amor - se fue, dejándome solo.

....

Quedaba apenas unos minutos de nada para que el desfile diera su comienzo. Laura, Desi y yo nos encontrabamos detrás del escenario a la espera de las indicacciones de Luis.

- En 1 minutos empezamos - dijo.

Laura, se abrazó a mi totalmente nerviosa. Yo, le eche mis brazos por encima. Quería transmitirle seguidad y ánimo, todo en esta noche iba a salir a la perfección.
Desi, se encontraba al lado de Laura. Su mirada se dirigía entre las cortinas. Seguramente estaría buscando a Mikel.

- Mikel - susurré.

Recordé sus palabras antes de irse y dejarme solo en el parking. Rápidamente, mi mirada se centro en su muñeca derecha. Mi gesto fue de asombro al contemplar la pulsera que Desi llevaba puesta. Era cierto, Mikel por una vez no estaba mintiendo. Desi le había correspondido. En ese momento, sentí rabia y ganas de partirle la cara a alguién. Más en concreto a Mikel.

- Laura, vete preparando - dijo Luis. La chica, asintió y luego me miro nerviosa.
- Edward - susurró.
- Tranquila, vas a estar impresionante - le bese la mano.
- Gracias, tu también - sonrió - Mucha suerte, Desi -
- Gracias, igualmente a los dos - ni si quiera me miro.

[....]

El desfile fue todo un gran éxito.
A la gente y en especial a los críticos de moda le gustarón y diero por impresionante aquel desfile.
Desi, Laura y yo atrás del escenario saltabamos de alegría.

- Desi - escuché detrás de mí. Era Mikel, Luis le había dejado pasar en cuanto lo vió.
- Mikel - se tiró a sus brazos rápidamente.
- Has estado increíble mi amor -
- ¿Tú crees?, no se - sonrió.
- Creetelo preciosa, lo has estado - se fue acercando a sus labios para después besarlos.

En ese momento sentí como un dolor muy grande en el pecho se me formaba. Mis sentimientos, aquellos sentimientos hacia Desi se habían roto en mil pedazos.

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